Ilusiones y
realidades
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - "Estamos organizando un curso
superior a cualquier año en este decenio sin parangón en la
historia, con televisores, videos, computadoras, escuelas electrificadas"
-expresó el licenciado Luis Ignacio Gómez, ministro cubano de
Educación en la reunión preparatoria del curso escolar 2002-2003,
el 8 de mayo pasado, en el Centro de Convenciones Pedagógicas de Cojímar,
en esta ciudad.
Mejorar la base material del sistema educacional está bien. Pero, ¿quién
se ocupará de reparar la mayoría de las escuelas del país
que se encuentran deterioradas por falta de mantenimiento? Realizar esos
trabajos requerirá de grandes recursos financieros, mucha fuerza de
trabajo especializada y tiempo suficiente para concluirlos con la calidad
requerida. Si no se logra hacerlo, ¿de qué vale tener tantos equipos
electrónicos al servicio de la educación? ¿Dónde se
situarán?
Escuelas primarias como "República de Bolivia", "Salvador
Cisneros Betancourt" y "Vado del Yeso" (por sólo mencionar
tres de las muchas existentes en la provincia) llevan meses cerradas y sometidas
a reparación general. En las dos primeras aún no han concluido las
labores y hay riesgos de que no estén listas para el próximo curso
que comenzará en septiembre de este año. Esta realidad se cumple
como regla en todo el país.
Y mientras concluyen los trabajos de mantenimiento y en algunos casos de
reconstrucción general de las aulas, ¿dónde estudiarán
nuestros hijos? ¿En albergues, naves o locales que no reúnen las mínimas
condiciones?
Similar situación presentan las escuelas secundarias básicas
urbanas e institutos pre universitarios en el campo. Tomemos como ejemplo a
estos últimos. Existen 85 instalaciones de este tipo construidas en la
provincia La Habana con capacidad para más de 42 mil estudiantes. En
ellas reside y estudia el 95 por ciento de los jóvenes procedentes de las
provincias Ciudad de La Habana y La Habana. De ellas, 24 se encuentran en
reparación general, 17 en proceso de reformas capitales y a 39 se les
impermeabilizarán los techos. En todas se deberá trabajar para
eliminar filtraciones entre pisos, en albergues y edificios docentes, y hacer
funcionales las instalaciones sanitarias, reparar la carpintería de las
puertas y ventanas, pintarlas y reforzar las medidas de seguridad que impidan la
sustracción de televisores, videos y ventiladores de techo instalados en
aulas y salones de conferencias y teatros. Peligros a los que también
estarán expuestos los nuevos equipos electrónicos a que se refería
el titular del ramo.
Estas consideraciones nos obligan a pensar que las declaraciones formuladas
por el alto funcionario cubano acerca de cómo será el próximo
curso escolar, sólo tienen en cuenta la prioridad que él mismo le
concede a sus ilusiones como educador, de ser justas y sinceras sus palabras, en
franca oposición a la realidad que nos envuelve.
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