Sin solución
Fara Armenteros, UPECI
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - Los residentes del municipio matancero
Pedro Betancourt recibieron con indignación el anuncio de que pueden
reparar sus refrigeradores rotos si son capaces de financiar con divisas el
servicio que le ofrece una unidad estatal.
Esta información causó molestias "porque en este pueblo
hay muchas personas que no han visto un dólar en su vida" -señaló
Roberta Noriega Ibañez, residente del lugar, quien agregó que la
medida "es abusiva y una falta de respeto a la mayoría de las
personas que aquí vivimos en una gran pobreza, de la cual es responsable
el gobierno cubano".
Las unidades que se encargan de la reparación de los equipos electrónicos
a la población pertenecen al Ministerio de Comercio Interior, y no están
en condiciones de superar las dificultades que tienen por falta de recursos. Un
empleado de la empresa, que pidió no ser identificado, señaló:
"Como alguien debe ser culpado, vamos a decir que la crisis por la que
atraviesan los servicios que debemos prestar a la población es producto
del período especial y de la dolarización".
La reparación de refrigeradores domésticos tiene un atraso de
más de cuatro años, y hasta el momento la única solución
para resolver esta situación es mediante el pago en dólares.
Los televisores en blanco y negro, las batidoras, los radio receptores y las
lavadoras "Aurica", todos procedentes del antiguo campo socialista,
tienen decenas de años de explotación y algunos todavía
funcionan gracias a la creatividad de mecánicos particulares, que hacen
milagros para alargar la vida de estos equipos.
Otros servicios, como los de peluquería, barbería y manicure
no han tenido mejor suerte en Pedro Betancourt, y los clientes se quejan de los
altos precios que han de pagar en dichas unidades mientras las empleadas
explican que para mantener funcionando las peluquerías tienen que
adquirir en el mercado de divisas o el paralelo oficial, los productos (shampo,
pinturas de uña, tintes, decolorantes, etc.) y ese dinero tienen que
recuperarlo.
Rafaela Jiménez, ex empleada de una peluquería señala: "Si
no fuera por las inversiones de las peluqueras y de los barberos, los salones de
belleza hubieran cerrado, porque la empresa de servicios no tiene productos".
Por su parte, los barberos alegan que compran talco, colonia, hojas de
afeitar y todos los productos que requiere el oficio con dinero de su bolsillo.
Estas dificultades dejan de serlo si se tienen dólares, moneda que se
va haciendo indispensable en el ámbito del archipiélago cubano,
aunque no es con ella con la que se les paga a los trabajadores.
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