El salario en
Cuba
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - El salario medio mensual en entidades
estatales y mixtas alcanzó 245 pesos en el año 2001, según
un informe publicado por el Banco Central de Cuba. Esto representa un
crecimiento del 4.7 por ciento en relación con el 2000, cuando ese
indicador fue de 234 pesos.
Al mismo tiempo, en el mencionado informe se anuncia un ingreso medio
mensual de los trabajadores de 359 pesos, similar al año precedente.
Cifra que se ha brindado en las estadísticas cubanas de los últimos
tiempos, conformada no sólo por el salario sino también por otras
modalidades de retribución a un sector de los empleados que tienen acceso
a pequeños pagos en pesos convertibles, reforzamiento alimentario,
entrega de ropa, calzado, módulos de aseo y otros artículos de
consumo.
En este grupo pudieran estar comprendidas poco más de un millón
de personas que reciben estos beneficios bajo una serie de estrictos parámetros,
como el cumplimiento del plan, no faltar al trabajo bajo ninguna circunstancia y
otros.
De todas formas, tanto el salario medio mensual como el ingreso medio
mensual, equivalentes a 9.07 y 13.30 dólares, ahora reportados por el
Banco Central de Cuba, continúan siendo insuficientes para vivir, máxime
cuando un número elevado de trabajadores percibe ingresos muy inferiores
a esos montos, incluida la inmensa mayoría de la población
empleada que carece de incentivos especiales para realizar su trabajo.
Además, debe tenerse en consideración que en el 2001 la
depreciación del peso convertible o el dólar en un 22.7 por ciento
obligó a los cubanos sin acceso a la moneda estadounidense a adquirirla a
precios incrementados en esa misma magnitud, para comprar artículos
esenciales en las tiendas de venta en divisas.
La radical depreciación del peso también tuvo su impacto en
los precios de las mercancías y servicios ofertados en esa moneda, elevándolos
considerablemente. A ello contribuyó adicionalmente la destrucción
de la agricultura, provocada por el huracán Michelle al azotar el centro
de la isla a principios de noviembre.
Con esos elementos puede concluirse que los ingresos de los trabajadores en
el 2001 perdieron parte de su capacidad adquisitiva, habiéndose reducido
en términos reales. Una tendencia que se ha visto reforzada en el primer
semestre de 2002 por el agravamiento general de la economía.
Bajo estas condiciones, el trabajo como fuente de progreso y bienestar para
el cubano, continúa desvalorizándose. Así, no es difícil
encontrar a muchos que al procurar una ocupación lo menos que le interesa
es el salario a devengar, sino "la busca" que podrían obtener
en el posible empleo, en la mayoría de las ocasiones por vías
ilegales.
En tal ambiente, muy distante de concepciones sanas desde el punto de vista ético,
prosigue deformándose la sociedad cubana en su dimensión
espiritual, con consecuencias terribles para el futuro de la nación.
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