Los retos de
Carlos Serpa
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - Por estos días me han llegado
noticias de los actos represivos de que ha sido víctima el periodista
independiente asociado a CubaNet Carlos Serpa Maceira, de quien cualquiera
afirmaría que como adalid solitario ejerce el oficio de comunicador libre
desde el municipio especial Isla de la Juventud, sitio que para muchos califica
como lugar donde "nada pasa".
El motivo de represión de Serpa parece relacionarse con un aserto irónico,
dicho por él cuando me visitó en La Habana: "Sí
sucede, pero están haciendo todo lo posible para que nadie se entere".
O sea, que las autoridades de Isla de la Juventud deben de estar bastante
enojadas ante la aparición de ese "ruido extraño en el
sistema", en virtud del cual la opinión pública ha comenzado
a enterarse de algunos chismes espinosos del lugar.
Escribo estas líneas preocupado por Serpa. Sus retos por esos lares
se las traen, y vi en el brillar de sus ojos la acometividad de los reporteros
de raza. El pinero, de baja estatura e hiperquinesis de órdago, es un
cazador de noticias nato. Pero temo que confunda temeridad con audacia.
Esta preocupación me condujo a consultar algunos datos para hacerme
una idea de en cuál escenario particular se desenvuelve. Así
tropecé con una situación económica y social digna de
aconsejar a las autoridades de Isla de la Juventud que se tomen la molestia de
leer las noticias que redacta Serpa con un poco, sólo un poco de sentido
de autocrítica.
Antes de ser nombrado por decisión oficial Isla de la Juventud, ese
municipio se llamó Isla de Pinos, lo cual, como es lógico, hace
pensar en extendidas florestas. Pues bien, en ese territorio se produjo el 17
por ciento de los incendios forestales habidos en la Cuba de 2000. Su daño
representó, en hectáreas, el 18 por ciento de la superficie
nacional que sufrió tales daños.
Para colmo, Isla de la Juventud aparece como uno de los sitios de Cuba donde
menos se practica la reforestación, lo que entre otras razones quizás
explique por qué el 60 por ciento de sus suelos califica como poco o muy
poco productivo. Conclusiones sobran si se toma en cuenta que no es de los
territorios de mayor superficie del país.
¿Cómo vive la gente en la tierra de Carlos Serpa?
Pues parece que nada bien. Su salario medio mensual de 2000 fue de sólo
217 pesos, para ser el penúltimo más bajo del país, en
tanto las ventas totales per cápita en el comercio minorista nada más
ascendieron a 83 pesos, cuando a nivel nacional ese índice alcanzó
casi los 532, todo lo cual quizás se deba a este pequeño problema
de nivel educacional: el territorio aparece entre aquellos donde los
trabajadores que no han rebasado la enseñanza primaria superan el 17 por
ciento del total.
Consejo sano: no visite Isla de la Juventud acompañado por una esposa
en tiempo de parto porque si al filo del año 2000 la tasa de mortalidad
materna total de Cuba fue de 55.7 por cien mil nacidos vivos, en el territorio
pinero ésta se elevó a ¡163.9!, para ser el sitio de la isla
donde más probabilidades existen de ver morir a la parturienta.
Además, ande con cuidado, el municipio especial exhibe la segunda
tasa de homicidios más alta del país. Y si decide hacer turismo no
lo haga para combatir a la depresión pues Isla de la Juventud califica en
el quinto lugar nacional por su tasa de suicidios en el año 2000.
Los retos de Carlos Serpa Maceira y los peligros que le acechan en el
ejercicio del periodismo son evidentes a mi entender. Vive y trabaja en un
entorno social de grandes carencias y agresividad notoria, donde en cierto
sentido las autoridades pueden, en su conducta, ser un reflejo del medio.
Tal es la verdad, y que Dios proteja al pinero. Claro, con la pequeña
ayuda de los amigos.
FUENTES: Anuario Estadístico de Cuba de 2000,
Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública.
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