Yahoo!
La Habana, 21 Jul (Notimex).- La industria ligera de Cuba, una de las más
deprimidas en la pasada década de crisis económica, presenta
algunos signos de recuperación por las recientes inversiones y la
colocación de productos en el mercado interno de dólares.
Esa reactivación marchará, según el Banco Central, en
la medida en que lo permita la actual desaceleración en el ritmo de
crecimiento de la economía local, que el año pasado creció
3.0 por ciento, dos puntos menos que la meta oficial de 5.0 por ciento.
La llamada industria ligera se dedica a la producción de mercancías
que abarcan en mayor medida a los textiles, muebles, el calzado, los productos
fabricados en plástico, en cerámica y la perfumería.
Tras un crecimiento de 5.6 por ciento en el 2000 y 6.2 en 1999, fuentes
oficiales reconocen que el Producto Interno Bruto (PIB) quedará este año
debajo de la cifra del 2001, por la crisis de la economía mundial, tras
los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Además, desde esa fecha los ingresos en divisas a Cuba han disminuído
debido al descenso del turismo y de los precios de sus exportaciones, lo que
obligó al gobierno del presidente Fidel Castro a reducir importaciones y
adoptar otras medidas de austeridad.
Según un informe del Banco Central, los ingresos por turismo,
comunicaciones y otros servicios fueron hasta el pasado mes de junio de dos mil
213 millones de dólares, debajo de dos mil 336 del mismo lapso del 2000.
Pese a este panorama, las autoridades señalan que la llamada
industria ligera crece en la cadena de Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD),
donde ubican el 30 por ciento de sus producciones, "con buenos niveles de
calidad y competitividad en el mercado".
En declaraciones a la prensa, el ministro Jesús Pérez Othon
informó que con ello se da respuesta a la demanda de varios organismos,
mientras aspiran a aumentar su presencia en cerca de un 50 por ciento.
El titular del Ministerio de la Industria Ligera (Minil) dijo que para este
semestre están contratados suministros para esas tiendas por 80 millones
de dólares para productos que abarcan, además de lo textiles,
muebles, calzado, plásticos, cerámica y perfumería.
Señaló que en el primer semestre del año los cerca de
25 mil trabajadores del sector lograron un crecimiento del 10 por ciento en las
ventas, mejoraron en la obtención de ganancias y calidad, mientras
aspiran a perfeccionar las exportaciones y los diseños.
Al explicar el impacto de la desintegración del mundo comunista en la
industria ligera cubana, Pérez Othon afirmó que en los inicios de
los años 90 sólo la producción textil se redujo de 220
millones de metros cuadrados en confecciones a 44 millones.
Agregó que en 1994 se produjo la octava parte de los colchones y la décima
de las sábanas salidas de fábricas cubanas en 1989; 28 veces menos
ropa interior, siete veces ropa exterior, cuatro veces calzado, seis veces jabón
y tres veces menos detergente doméstico.
Pero según los directivos del Minil, esa situación cambió
y así lo demostró la reciente Feria Internacional de la Industria
de la Moda, el Mueble y los Ambientes y Estilos, donde Cuba presentó una
amplia gama de sus producciones para exportación y tiendas locales.
El viceministro del Minil, Leonel Amador, declaró que un sector clave
de esa rama es el de confecciones, que intenta cubrir el 30 por ciento del
comercio interno, y el consorcio de jabonería, perfumes y cosméticos.
Las colocaciones las realiza a través de la firma Suchel, que
monopoliza más del 90 por ciento de las ventas locales.
Fuentes del Minil indicaron que el propósito de este año es
aumentar en 12 por ciento las ventas de productos al turismo, en especial los
suministrados por Suchel y las fábricas de muebles, confecciones y
textiles.
En el 2000, el Minil facilitó mercadería al turismo por 46.9
millones de dólares y entre los receptores más importantes estuvo
el grupo hotelero Gran Caribe, principal de la isla, que se abastece en 67 por
ciento de producciones nacionales.
Las exportaciones junto a las ventas al turismo y las TRD son para el
gobierno una importante fuente de divisas para financiar producciones
subsidiadas, como la canastilla para recién nacidos, productos de higiene
personal y otros renglones de salud y educación.
Al igual que otras empresas cubanas, las asociadas al Minil atravesaron
desde fines de los años 80 un proceso de cambios encaminados a sacarlas
de su crónica ineficiencia y del gigantismo heredado del modelo
empresarial en la extinta Unión Soviética.
Esquemas descentralizados, promoción externa, capacitación de
directivos y aspectos organizativos para aprovechar mejor reservas potenciales y
frenar el derroche de recursos se plantearon como objetivos inmediatos,
acelerados por el colapso del bloque soviético.
En los últimos años, el Minil ha tratado de incorporar sus fábricas
al sistema de Perfeccionamiento Empresarial (PE), que concede prioridad a
mecanismos de gerencia modernos, acordes con la práctica económica
internacional. |