Decrecen las
inversiones extranjeras en Cuba
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - El monto de la entrada proveniente de
las inversiones extranjeras directas en Cuba disminuyó a 38.9 millones de
dólares en el 2001, de 448.1 millones en el 2000, según un informe
del Banco Central.
A nivel mundial el flujo de inversiones se redujo considerablemente en el
2001 debido en primer término a la desaceleración económica,
agravada por los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos de
América. Ello propició una gran incertidumbre sobre el futuro económico.
No obstante, en Cuba esto se agrava por el conocido alto riesgo económico
persistente y los complejos mecanismos aplicados para la aprobación de
las inversiones extranjeras y para la gestión de éstas una vez
puestas en marcha.
Los proyectos desarrollados en la isla, ya sean en conjunto con capital
estatal cubano o totalmente extranjero, no pueden contratar directamente el
personal requerido sino que debe hacerlo a través de entidades del
gobierno encargadas de suministrarlo, cobrándole en dólares a los
empleadores y pagándole en pesos a los empleados.
Es comprensible que, aunque se asegura una beneficiosa "tranquilidad
social", el mecanismo de contratación frena el estímulo del
personal empleado en momento que la iniciativa de los trabajadores representa un
eslabón muy importante para impulsar la productividad laboral.
Al mismo tiempo, la disminución de las inversiones directas tiene
otras implicaciones. La modesta recuperación económica iniciada a
partir de 1995 se basó precisamente en la llegada del capital foráneo
permitido por la Ley para la Inversión Extranjera, así como por el
desarrollo del turismo y la recepción de remesas provenientes de modo
principal de Estados Unidos de América. Estos elementos se convirtieron
en los verdaderos pilares de la economía cubana pero hoy, en su conjunto,
presentan serios retrocesos.
Las inversiones extranjeras directas, además de aportar dinero fresco
para el funcionamiento de la economía, sirvieron para revitalizar
moribundas actividades como la producción de níquel, la prospección
y extracción de petróleo y gas acompañante, la telefonía,
el turismo, la generación de energía eléctrica, entre
otras. Ello aportó tecnología, conocimientos para la gestión
empresarial y, en muchos casos, mercados para estas producciones y servicios.
Hay que recordar que, con la pérdida de las subvenciones del bloque
soviético, las inversiones cayeron a niveles muy bajos. Si la formación
bruta de capital en 1989 representó el 26.3 por ciento del Producto
Interno Bruto (PIB) a precios corrientes, a pesar de cierta recuperación,
en el 2000 sólo fue de 9.7 por ciento, según las estadísticas
oficiales.
Ahora, con esta reducción de la inversión extranjera, el
proceso inversionista sufrirá un impacto muy fuerte y lejos de contenerse
el proceso de descapitalización presente desde hace años, éste
se acelerará con consecuencias funestas para el desarrollo del país.
Debe considerarse que la mayoría de los medios básicos cubanos
proceden del desaparecido bloque soviético, los cuales desde el principio
eran técnicamente obsoletos. Después, en todos los años del
período especial han sido explotados sin dársele el mantenimiento
requerido, por lo que las tasas de depreciación tanto tecnológica
como física tienen que haberse mantenido a niveles muy altos. Los bienes
inmuebles, vías de comunicaciones y otros componentes de la
infraestructura del país están depauperados al extremo que se
observa a simple vista.
La radical disminución de las inversiones extranjeras directas en
Cuba, además de poseer implicaciones negativas inmediatas en cuanto a la
recepción de recursos financieros frescos, incidirá adversamente
sobre la modernización que urgentemente requiere la nación y, en
consecuencia, tendrá efectos nefastos para ubicar a Cuba en un mundo cada
vez más competitivo.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|