Suben los
precios
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - Paralelamente a los incrementos de
precios establecidos a finales de junio en las tiendas de venta en divisas, se
observan alzas en las cotizaciones de las mercancías ofertadas en pesos.
Al menos eso se desprende al compararse los listados de precios para los artículos
vendidos en los mercados agropecuarios del Ministerio de la Agricultura durante
julio con los existentes en igual mes del año anterior en Ciudad La
Habana, publicados por la prensa.
Puede apreciarse un aumento como promedio del 66 por ciento en las
hortalizas, del 20 por ciento en las viandas, del 23 por ciento en los frijoles,
del 20 por ciento en los cítricos, las frutas y la carne de cerdo.
En el caso de las hortalizas resalta el alza en el ajo (220 por ciento), la
cebolla (66 por ciento), la habichuela (150 por ciento), la lechuga (50 por
ciento) y el pimiento (50 por ciento).
En las viandas sobresalen los aumentos en la malanga (33 por ciento), el ñame
(46 por ciento) y el boniato (25 por ciento).
En los frijoles se destacan el negro (50 por ciento), el frijol colorado (30
por ciento). La mazorca de maíz aumentó un 50-60 por ciento y el
maíz molido un 25 por ciento.
En cuanto a los cítricos y las frutas, con un surtido inferior al año
pasado, la piña duplicó su precio, mientras la guayaba y la fruta
bomba (papaya) verde aumentaron en 14 por ciento.
La carne de cerdo también subió de precio. La pierna y el
lomo, de 20 pesos a 22; la paleta de 20 pesos a 21, la costilla de 17 pesos a
18, y la manteca de 14 pesos a 15.
En los mercados agropecuarios de Ciudad La Habana, donde concurre
directamente el sector privado y funciona la ley de la oferta y la demanda,
también se observan notables aumentos en los precios. Por ejemplo: un
aguacate oscila entre 10 y 15 pesos, una cabeza de ajo (de calidad regular)
nunca cuesta menos de dos pesos, un mazo de habichuelas cinco pesos, la libra de
carne de cerdo (lomo y pierna) 28 pesos. Debe aclararse que en estos mercados,
aunque las cotizaciones son más elevadas que en los estatales, la oferta
es más variada y de mayor calidad.
Uno de los principales factores causantes de estos numerosos aumentos es la
disminución de la producción agrícola, ante todo ocasionada
por la carencia de insumos particularmente los combustibles, debido a las
dificultades económicas que atraviesa el país.
Indudablemente, el huracán Michelle (que azotó el centro de la
isla en noviembre de 2001) dañó la agricultura cubana, sobre todo
a cultivos como el plátano. Sin embargo, los productos de ciclo corto,
que son la mayoría de los ofertados en los mercados agropecuarios, han
tenido suficiente tiempo para reponerse. Por tanto, ese fenómeno ya debe
tener poca repercusión en los aumentos de precios.
Por otra parte, la depreciación del peso frente al dólar,
acaecida a finales de 2001 (22.7 por ciento), está incidiendo en este
proceso inflacionario. Ello ha jugado un papel importante en el incremento de la
liquidez en manos de la población.
Según informaciones brindadas por el Banco Central de Cuba, el
efectivo en circulación ascendió a 6,486.3 millones de pesos en el
2001. Esta cifra fue superior en 1,395.8 millones al monto del año
precedente, y 1,913.3 millones más que en 1993, cuando estuvo presente un
excepcional excedente monetario.
Asimismo, el ahorro creció a 5,988.2 millones de pesos, comprendidos
en esta cifra las cuentas de ahorro a la vista (4 842.1 millones), depósitos
a plazo (1 118 millones) y cuentas corrientes (28.1 millones), según la
misma fuente. En su conjunto, ese volumen es superior en 553.2 millones a los
niveles existentes en el año 2000.
Esta tendencia al incremento de liquidez en poder población se
mantuvo, aún con mayor fuerza, en la primera mitad de 2002, lo cual deberá
seguir influyendo muy negativamente en la formación de los precios al
consumidor, con consecuencias nefastas sobre el nivel de vida de la población
y el estímulo laboral.
Por supuesto, los aumentos recientes en las tiendas de venta en dólares
también han repercutido en la generalizada elevación de los
precios que se observa. Resulta imposible que medidas como ésta,
aplicadas en el decisivo sector dolarizado de la economía, deje de tener
implicaciones para el resto del sistema en su conjunto.
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