Rumbo a la
zafra
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, julio (www.cubanet.org) - La situación de la
agricultura cañera cubana, al finalizar junio y a principios del presente
mes, no parece que reaccione positivamente ante el desmantelamiento de las fábricas
menos productivas. Se suponía que el cierre de estas industrias sería
un alivio a las presiones que han lastrado a la locomotora de la industria
cubana.
De las 26 actividades agrícolas que requiere la gramínea para
alcanzar los rendimientos aceptables ninguna se cumple con la eficiencia
requerida.
Los especialistas reconocen que está seriamente comprometida la zafra
del próximo año, ya que de la siembra prevista en el primer
semestre de este año sólo se cumplió el 41 por ciento del
programa nacional.
La industria dispondrá de suficiente caña. Ahí están
los campos de los centrales inactivos, pero se tendrán que hacer
traslados a mucha distancia, lo cual compromete el precio de la tonelada de azúcar.
Dos actividades agrícolas en las que se debe hacer un esfuerzo para
revertir los bajos rendimientos son el cultivo y la fertilización, los
que cerraron al 86 y 78 por ciento, respectivamente. Lo que significa que en
cada hectárea en que no se cumplieron estas actividades se reducen en 8,3
toneladas la materia prima a obtener en la molienda venidera.
La nueva etapa de la cercenada agro-industria cubana no se inició con
los éxitos que se necesitan. El líder oficialista Manuel Cordero
aseguró el pasado día 8 en el semanario "Trabajadores"
que si los precios se estimulan los centrales estarían en condiciones de
ampliar la producción con destino a la exportación. Pero, ¿con
qué caña? Además, las tierras que dejaron de ser cultivadas
con caña están comprometidas para cultivos de alimentos y la
ganadería con vistas a aliviar la grave crisis alimentaria. Promesa que
de incumplirse pondrá en un aprieto más al régimen.
Por otra parte, el analista del sector azucarero Juan Varela, alertaba una
vez más sobre los atrasos y los bajos ritmos de trabajo logrados, señalando
que hay peligro de que más de 30 mil hectáreas listas para la
siembra se pierdan por esa lentitud.
Desde finales de la pasada década el régimen valoraba la
posibilidad de desmantelar el potencial azucarero de la nación. A pesar
de las previsiones esta primera etapa exhibe desorden, falta de voluntad, de
seriedad y, muy especialmente, la apatía de los trabajadores reflejada en
los bajos rendimientos productivos.
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