A paso de
bastón: Los Kent
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - No se sabe si la nostalgia o una vieja
deuda consigo mismo les condujo a reorganizarse tras unos treinta años de
silencio, en los que cada uno de ellos se dedicó a disímiles
asuntos.
Quizás los tiempos contribuyeron, quizás una generación
ansiosa de liberarse de frustraciones les impulsó. Pero lo cierto es que
con cada vez más seguidores, entre viejos reaparecidos y jovenzuelos
descubridores, el grupo habanero de rock Los Kent está de nuevo sobre la
palestra, cantando a su estilo de siempre la música de The Beatles y The
Rolling Stones.
Los Kent, junto a grupos como Almas Vertiginosas o Sesiones Ocultas,
formaron parte de un movimiento underground de música rock que en los años
60 del siglo pasado se constituyó espontáneamente en las escuelas
secundarias y preuniversitarias de la capital. Por aquellos tiempos la censura
oficial llegó al extremo de prohibir la difusión por emisoras
radiales y televisivas de prácticamente cualquier música cantada
en inglés, aunque en el caso de Los Kent (siempre cantaron en ese idioma)
se dio la curiosidad de haber podido presentarse en nada menos que el Noticiero
Nacional de Televisión, en una extraña mezcla de guerra de Vietnam
en los primeros minutos y Los Kent imitando a The Rolling Stones en los
segundos.
Aquel movimiento, a todas luces respuesta juvenil a la censura que impidió
escuchar dentro de Cuba y como debió ser a tantas generaciones musicales
de la llamada década prodigiosa, no sólo no contó con el
apoyo de las instituciones culturales sino que más bien padeció de
un rechazo que a la postre frustró las potenciales carreras de grupos
como Los Kent, una banda que hizo furor en los escenarios posibles de entonces,
principalmente las tradicionales fiestas de quince años, las cuales en
Cuba siempre han marcado el arribo de las féminas a la "edad de
merecer".
Con canas de más, algunos ya abuelos pero con Carlos Carnero a la
batería y el mítico Andrés Pashalidis a la guitarra, Los
Kent decidieron reorganizarse para pagar sus deudas a una generación.
Antiguos partidarios prestaron sus viviendas para los primeros ensayos del
reencuentro, hasta que la memoria colectiva les regresó a las escuelas
secundarias Guido Fuentes y Carlos J. Finlay, ambas en el barrio del Vedado, las
cuales fueron sus bastiones de público en los 60. Como si la serpiente
mordiese su cola, se presentaron recientemente en un espacio televisivo de
mediodía, en el que un festival de nostálgicos inundó los
micrófonos abiertos a llamadas telefónicas.
¿Son algo especial Los Kent? A entender de este periodista, Cuba cuenta
hoy con bandas de rock de mucho más peso y sonido más contemporáneo,
prueba de lo cual es la excelente fusión lograda por el grupo Síntesis
de la musica rock y los ritmos afrocubanos, para citar un ejemplo. Pero nadie
sabe hasta dónde el peso de tantas frustraciones, presentes en la
generación de quienes siguieron a grupos como Los Kent, está
invocando a los fantasmas de un tiempo que no por plagado de tristezas estuvo
exento de bellezas.
Guste a quien guste, pese a quien pese, la nostalgia sí es un arma
caliente. Los Kent están de vuelta para los de su tiempo cual símbolo
de vivencias que perdieron y quisieran rescatar, como aviso de una Cuba que se
busca a sí misma y, más temprano que tarde, se reencontrará.
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