CUBANET... INTERNACIONAL

Julio 9, 2002



Peligra vida de activista ciego encarcelado en Cuba

http://www./puenteinfocubamiami.or/cuba_ultimas.htm

Holguin, Cuba. 25 de junio, 2002

A: Las Iglesias en todo el mundo, organizaciones de derechos humanos, ppinión pública nacional e internacional. SOS.

Soy Juan Carlos Gonzalez Leiva, un ciego cubano que desde el 4 de marzo me encuentro confinado en las cárceles de la Seguridad del Estado cubana.

Hoy le dije a mis familiares en la visita, frente a los oficiales Urgelles, instructor que me atiende y el mayor Faguo, jefe de la unidad que nos custodiaban, que " yo sabía que no saldría con vida de este lugar ya que me siento en peligro de muerte".

Pido asistencia médica y, aunque me han visto diferentes especialistas. no me hacen pruebas para saber cual es el origen del problema. Tengo un fuerte dolor en el pecho que quedó como secuela de una pastilla que tomé, prescripta por una psiquiatra del MININT que me hizo perder el conocimiento. El dolor es en el centro del pecho, como un ardor que irradia hacia ambos brazos, me coge las axilas y me acalambra las manos. En momentos es muy fuerte. La Dra. Dania Marques Cabrera, que atiende al penal y los oficiales me dicen que no tengo nada.

La Dra. me dijo el otro dia que no le tuviera tanto miedo a la muerte, que todos tenemos ese destino y que si me muero, me entierran y ya. Yo le pregunté: ¿Ud. quiere morirse? A lo cual me contestó: "No, pero yo tengo una razón para vivir." ¿Piensa ella acaso que nosotros, los defensores de los derechos humanos, no tenemos una bella razón para vivir? Ellos parecen ver alimañas en nosotros y no seres llenos de sensibilidad, humanidad y amor.

Aclaro que no temo a la muerte, pero sí amo la vida. Yo pienso que ellos están tratando de matarme poco a poco, destruyendo mi sistema nervioso y mi corazón.

Esta doctora me ha puesto planes diferentes, pero sin un diagnóstico definido. Tan pronto dice que tengo osteo-condritis, luego esofaguitis y muchos otros problemas. La semana pasada, sin nunca haber sido hipertenso, (aunque ahora ella dice que lo soy), tenía 160 con 100. Mi presión arterial normal siempre ha sido 110 con 70.

Mientras discutía sobre mi salud con esta doctora -que mi diagnóstico actual es que no

tengo nada-, el recluso compañero de celda mia se metio en la conversación y amenazó con cogerme cuando estuvieramos solos y darme una golpiza en la tarde. Todo esto vino porque pedí ayuda médica que no me quieren dar.

En lugar de ello me encerraron solo en mi celda, ciego como soy, y no me dan ni aire ni sol, por lo que la claustrofobia que comencé a padecer en este lugar me ha llevado a tomar mas medicamentos de los nervios.

Este recluso que me amenazó de muerte ha estado robandome mis pertenencias, alimentos y medicamentos. Yo les dije que sacaran a este hombre de mi celda pues no hay garantias a su lado, por lo que ahora estoy aislado completamente y cuando grito por ayuda nadie puede oirme. Sólo me ven cuando viene el control de rutina.

No puedo comer, tengo la digestión como paralizada. La doctora me acusó de estar "plantado". Le aclaré que no lo estoy, que es que tengo una inapetencia total. Sólo puedo ingerir un poco de liquido. Lo demás no puedo comerlo, aunque me lo proponga. Me siento tan enfermo que estoy seguro que sólo Dios puede abrir las puertas de esta prisión para que yo salga con vida. Y en El confio.

Yo sé que ellos estan tratando de destruirme. Pero si muero, lo haré feliz sabiendo que lo hago por defender la causa que es Dios, es decir, defendiendo los derechos que El nos dio al crearnos y defendiendo el amor a nuestro Padre y al prójimo.

El otro día la enfermera llamó a la doctora y le dijo que me había dado un infarto ¿Por qué juegan con estas cosas? También la doctora me dijo que la semana pasada un recluso común habia matado de una puñalada a un preso político en una de las cárceles de aquí de Holguín. ¿Qué se pretende con decirme estas cosas?

Un oficial me dijo que cuando uno se quiere morir, se muere, como haciendo ver que yo estoy provocando mi propia muerte. Le repito que no es asi. El dolor que tengo en el pecho es real. A pesar de todo lo que siento, sigo confiando en Dios y en nuestro Señor Jesucristo. Nunca retractaré mis principios.

Pido a todas las personas a quienes envío esta carta que intercedan por mí y mis compañeros de causa a quienes se nos acusa de delitos comunes, siendo defensores de los derechos humanos, a quienes ni siquiera se les concede el beneficio de la fianza.

Con amor los abrazo y confio en su ayuda.

Juan Carlos Gonzalez Leiva

NOTA: De los ocho detenidos con Juan Carlos, por lo menos tres han expresado denuncias similares: Delio Laureano Resquejo le dijo a un amigo en una carta que no saldría vivo de la cárcel: padece una hipertensioón mantenida y un dia perdió el conocimiento. Lexter Téllez Castro oyó cuando un guardia le decia a otro recluso que lo matara. A Carlos Brizuela Yera le pusieron un recluso que lo provocaba para atacarlo.

Carta leida por la esposa de Juan Carlos Gonzalez Leiva via telefónica desde Cuba. Grabada y transcrita en EE.UU. por la Coalición de Mujeres Cubano-Americanas. Traducida al inglés en EE.UU por el Puente Informativo Cuba Miami. E-mail: Joseito76@aol.com. Dado al Puente Informativo Cuba Miami el 29 de junio del 2002.

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