¡Ñoooooo,
llegaron las vacaciones!
Claudia Vázquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - Uno de los momentos más difíciles
para la familia cubana es la llegada de las vacaciones. Con un salario promedio
que no rebasa el equivalente a 15 dólares mensuales, los padres tienen
que ingeniárselas para proporcionarles unas decorosas vacaciones a sus
hijos. Este deseo se frustra al depender la economía cada vez más
del dólar mientras los bolsillos de la mayoría de los cubanos sólo
cuentan con algunos pesos.
Uno de los pasatiempos preferidos de los cubanos es la playa. Los habaneros
tienen a unos minutos de distancia las playas del este. Pero muchos son los obstáculos
que aparecen a la hora de visitarlas. Desde el transporte hasta la pregunta: ¿y
qué vamos a comer en la playa? Las guaguas disponibles no dan abasto a la
demanda. Son lugares comunes las paradas de ómnibus atiborradas de bañistas
que no encuentran transporte para regresar a sus casas luego de haber recibido
la gracia de pasar un día en la playa. Una opción para el regreso
la representan los "boteros" que cobran 20 pesos por cada pasajero. Y
la economía no da para esos trotes.
Cuando se llega a la playa y se respira el aire limpio y los ojos se llenan
de azul, la alegría invade los rostros. A las pocas horas, cuando el
hambre asoma, la felicidad desaparece. La buena mercancía que se vende en
la playa sólo es accesible si se llevan dólares en la bolsa o la
cartera. Los que no carguen "fulas" tienen que conformarse con
productos de muy baja calidad.
Disfrutar de un solo día en la playa puede resultar la bancarrota
para cualquier familia cubana, porque aunque no se diga públicamente, el
disfrute verdadero de las playas pertenece por entero a los turistas que, dicho
sea de paso, no abundan por estos días de terrorismo mundial y crisis
económica nacional.
No por gusto, cuando se mira el panorama de aburrimiento que nos espera se
escucha a los cubanos exclamar: ¡Ñoooooooo, llegaron las vacaciones!
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