Vicisitudes
del ama de casa en Cuba
Claudia Vázquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - "No tengo jabón de lavar, déjame
aprovechar el detergente líquido para ir resolviendo, porque la ropa no
se puede quedar sucia. ¡Dios mío!, ya estamos a 15 y se me acabó
el azúcar, ojalá que el bodeguero me la venda por fuera, aunque
sea una librita para endulzar la leche de los muchachos..."
Es el monólogo cotidiano de Gloria y de la mayoría de las
amas de casa cubanas. Víctimas de la escasez saben darle solución
a cualquiera de las dificultades que se le presentan cada jornada, desde que se
levantan hasta que se acuestan. Gloria, ama de casa residente en la barriada del
Cerro las pone sobre el tapete.
"Bueno, cuando no tengo aceite me vuelvo loca porque no hay modo de
hacer el sofrito a los chícharos, y ese producto es el que más
necesito. A veces, si tengo los diez pesos, voy al agro y compro unos gorditos
de puerco y les saco la manteca y de paso cojo los chicharrones para darle
sabor. Si no tengo los diez pesos me voy a casa de mis vecinos, y aunque sea una
gotica de aceite que tengan la comparten conmigo. Por eso es que ahorro el
aceite como si fuera oro. Cojo un gotero y le echo unos goticas a cada comida
para que me dure más.
- Cuando no tienen frijoles, ¿qué comen, Gloria?
- Casi siempre busco en casa de una señora que vive en La Finquita
unas croquetas que ella vende a peso. Después invento cualquier vianda y
así acompaño el menú con algo. Ahora empezó la
temporada de aguacates pero están carísimos, a diez pesos. Yo
esperaré a que se pongan más baratos".
- Y cuando se te acaban los mandados del mes ¿qué haces?
- Lo que hago es comprar el arroz al bodeguero a 3 pesos 50 la libra. Y si
no tengo dinero invento unas papas hervidas con plátano maduro. Por la
noche, al acostarnos, tomamos mi marido y yo una infusión de cáscaras
de naranja para que las tripas no se revuelvan. A los muchachos eso no les
gusta, así que se toman, si hay, un vaso de leche. Y a la cama. Te digo
si hay, porque uno de mis hijos ya cumplió los ocho años y no le
dan leche y el yogur de soya que le toca viene de vez en cuando. Así que
yo estiro el litro que le dan al que tiene seis años para que los dos
puedan tomar un poquito cuando se levantan y cuando se acuestan.
El esposo de Gloria es obrero de la construcción y gana 148 pesos
mensuales, equivalente a 5 dólares 50 aproximadamente. Gloria estudió
hasta el onceno grado, pero no quiere trabajar porque prefiere vender durofríos
en su casa.
- ¿Para qué voy a trabajar afuera? ¿Para ganar 100 pesos?
Prefiero vender durofríos a peso y así saco el menudillo del día.
Aquí te matas limpiando el piso y sigues pasando trabajo.
Muy lejos del microwave y el auto para llevar a los niños a la
escuela, Gloria tiene la esperanza de que el mal tiempo termine y haya comida
abundante para todos.
- Algún día -concluye- se tiene que acabar el período
especial permanente, porque tengo muchas ganas de que mis hijos puedan comerse
un bistec o un buen pan con jamón. Yo aspiro a que todo cambie. ¿Usted
qué cree?
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|