Secreto de
Estado
Ramón Díaz-Marzo
HABANA VIEJA, julio (www.cubanet.org) - Durante los pasados días 17,
18, y 19 de junio el pueblo de Cuba, obligado por las circunstancias de que las
fuerzas productivas del país se encuentran en las manos del Estado, tuvo
que refrendar con su firma una "Iniciativa de Modificación
Constitucional" que ni siquiera le importó leer al principio de unas
libretas que repartieron por todo el país en cuyas primeras hojas venía
el texto "propuesto" por las organizaciones de masas del Estado.
Yo quería transcribir en mi libreta de notas ese texto para estudiar
el párrafo 4. Yo sabía que en el párrafo 4, donde aparecía
la palabra "derogan", se encontraba todo el trucaje del asunto. Por
otro lado también sabía que el diario Granma había
publicado el día 11 de junio la totalidad de ese texto. Pero no quería
ir hasta la biblioteca.
Era el último día para la "firma" y eran las once de
la mañana y yo venía por una de esas aceras anchas y de altos
puntales que se construyeron en el siglo XIX. Venía pensando en la
distancia que me separaba de la biblioteca.
De repente me detuve frente a un oscuro local. Uno de esos lugares que tanto
abundan en La Habana de nuestros tiempos. Locales que antes del año 1959
eran comercios, y con el proceso socialista de destrucción de la sociedad
quedaron abandonados.
Sobre un viejo escritorio descansaba la libreta de los electores. La enseña
nacional, dos mujeres pasadas de los 50 años, el zumbido de las moscas, y
el insoportable calor, custodiaban el libro de registro de las firmas. Di los
buenos días a las dos mujeres que respondieron a mi saludo.
- Necesitaría de ustedes un favor. Quisiera transcribir en mi libreta
de notas el contenido de los cuatro párrafos que al principio del libro
explican el por qué de la "Iniciativa de Modificación
Constitucional".
Las dos mujeres se miraron.
- ¿Para qué usted quiere copiar?
- Para obtener información.
- ¿Es usted extranjero?
- No -dije, presintiendo que me había metido en un problema. Sólo
se trata de copiar el último párrafo.
Las dos mujeres hicieron silencio. Yo agregué:
- El contenido que aparece al comienzo de estos libros de firmas no es un
secreto de estado. El contenido íntegro de esta propuesta de modificación
de la constitución fue publicado el día 11 de junio por el diario "Granma".
Las dos mujeres se volvieron a mirar. Una dijo:
- ¿Usted vive aquí en La Habana?
- Sí.
- ¿Por qué entonces no lo copia en la cuadra donde vive?
El problema es que vivo lejos y esa información la necesito ahora
mismo.
Pensé que las mujeres preguntarían a qué me dedicaba,
pero no lo hicieron. Era una blanca y una mulata. Al semblante de la blanca le
vi más determinación. Dijo:
- Hay que llamar a la Presidenta del CDR (Comité de Defensa de la
Revolución).
- Eso sería tomarse muchas molestias -dije, pensando cómo yo
mismo me había introducido en la boca del lobo. Les agradezco el favor de
todos modos.
- De ninguna forma -dijo la mujer blanca. La presidenta del CDR vive a tres
puertas de aquí. Fulana, dile a Siclana que venga hasta acá.
'Tú verá, tú verá, -pensé- que de aquí
salgo directo y sin escala para "Villa Marista' (sede de la policía
política cubana).
La mulata caminó hasta la mitad de la cuadra. Mientras, me quedé
a solas con la mujer blanca. Entonces le dije:
- El contenido que aparece al comienzo de estas libretas de electores no es
ningún secreto de estado, ¿no lo cree usted?
- Claro que no es ningún secreto de estado -respondió con los
ojos repletos de malicia.
- ¿Está pensando Ud. que detrás de mi objetivo de
transcribir lo que dice el documento hay alguna mala intención?
- Sinceramente, pienso que sí -dijo la mujer blanca.
En esos momentos ya venía la mulata con la presidenta del CDR.
La presidenta del CDR era una negra que me trató bien. Y al llegar
hasta mí, sin preámbulos dijo:
- Lo que usted desea no lo tengo orientado en mi plan de trabajo. Lo siento,
pero no estoy autorizada a permitirle a nadie que copie el contenido de lo que
está escrito en el libro de electores.
- Permítame decirle -insistí- que lo que aparece en ese
documento está publicado el día 11 de junio en el periódico
"Granma". Con sólo ir a la biblioteca consigo lo que quiero.
Entonces la presidenta del CDR dijo:
- Yo le aconsejo, para el bien de todos, que vaya uusted a la biblioteca que
dice, y copie allí lo que desea. ¿Me comprende?
- Perfectamente. Disculpen la molestia que haya podido causarles.
Y proseguí mi camino. Fui directo hasta la biblioteca, solicité
el "Granma" del día 11, y cómodamente sentado en una
butaca, con aire acondicionado, transcribí a mi libreta de notas la
información que necesitaba.
Ramón Díaz-Marzo es el autor de la novela "Cartas a
Leandro", publicada por CubaNet.
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