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Ley seca
para fin de año
LA HABANA, 26 de diciembre (Ernesto Roque, CPI / www.cubanet.org) - "Se
prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a partir del día 30
de diciembre, hasta el 2 de enero del 2003" reza un letrero de mediana
dimensión colocado en la unidad de comercio minorista ubicada en 4ta. y
Lagueruela, en la barriada de Lawton, a donde fui a comprar cigarrillos el día
24.
Mi vista releyó una y otra vez el colorido anuncio. Mis ojos lo
confirmaban letra a letra, pero mi mente no daba crédito a tan absurda
información. "¿Es cierto eso?", pregunté al
empleado.
Su respuesta al menos tranquilizó mis temores de tener que consultar
a un optometrista: "Sí, es cierto". Aliviado, le dije que quien
dio esa orientación debe consultar a un psiquiatra.
La respuesta del dependiente, más que informativa, fue con voz
lastimosa, como si de ella dependiera mi felicidad.
Luego de mi asombro inicial pensé en los miles de cubanos y cubanas
que recibirán este regalo de fin de año de parte del Ministerio de
Comercio Interior.
Para la mayoría de quienes vivimos en esta Isla de los absurdos la música,
el tabaco y el ron, se han convertido en la única válvula de
escape de los tedios de nuestras vidas. El precio del ron y del tabaco se
mantienen en ascenso. Una botella de Ron Ronda, Pinilla o Caribe se vende a 60
pesos, y así, en escala ascendente las puede comprar hasta en 180. Lo que
equivale al salario promedio mensual.
Para cualquier familia cubana, decir que disfrutó de un buen dóa
de fiestas y que no estuvo presente el licor, es algo inimaginable. Es decir, un
absurdo.
Una vieja amiga, que trabaja en una oficina municipal de la Empresa de
Comercio (fuente anónima de algunas de mis informaciones ) me aseguró
que en el municipio donde ella labora, en reunión con los cuadros de la
Empresa se había manifestado " Por órdenes 'de arriba', no se
venderán bebidas alcohólicas, pero no se le puede decir así
a la población".
Al colgar el teléfono, la frase "de arriba" se quedó
dándome vueltas en la mente, y recordé un cable que había
leído días atrás.
El pasado 3 de diciembre, el gobernante cubano Fidel Castro, ante miles de
estudiantes, en la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas, con sede
en La Habana manifestó: "Exhorto a los cubanos a celebrar el año
nuevo con fiestas, pero... ¡sin ron!"
Y agregó en este mismo discurso: "No es que vaya a haber una Ley
Seca. No. Pero los que quieran beber van a tener que pagar precios muy altos".
Y añadió: "Si hay algo que puedo asegurarles es que ni los
cigarros ni el ron se van a vender baratos en este país".
Aunque el precio de las bebidas alcohólicas ya habían
aumentado antes de este discurso, tanto en dólares como en moneda
nacional, nadie imaginó que se suspendería su venta en estos días
festivos.
De mantenerse esta absurda orientación, Arturo, un babalawo que en
vive en mi zona, se hará rico vendiendo "chisp'e tren", o
alcohol con agua. Ya desde hoy subió el precio a $25.00 la botella de 750
ML.
Otros jóvenes, al no poder comprar un buen ron, optarán por
dejar de ser alcohólicos para convertirse en drogadictos. Un cigarrillo
de marihuana se puede comprar en las calles de La Habana al precio de 10 pesos.
Pero eso será tema para otro artículo.
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