Sin higiene ¿hay
salud?
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - La capital cubana se ha convertido
en un inmenso basurero público. Toneladas de desperdicios domésticos
se acumulan con el paso del tiempo en la mayoría de sus entrecalles.
Funcionarios gubernamentales de la provincia argumentan que el país no
dispone de petróleo para mover los equipos encargados de recoger la
basura.
Mientras esto ocurre, las posibilidades de nuevos brotes de enfermedades
transmisibles (que pueden llegar a convertirse en epidemias) se hacen mayores
debido a la ausencia de higiene en la capital de la nación.
Luego de realizar un recorrido por varios municipios, solicité una
entrevista con Orlando Jofré, jefe del puesto de mando de la empresa
provincial que se ocupa de recoger la basura en Ciudad de La Habana. No pudo
recibirme, me dijeron que por el exceso de trabajo que tiene. Pero aceptó
dedicarme unos minutos por teléfono.
"No recibimos asignación de petróleo para los camiones
recolectores de basura. En el país no hay combustible. La situación
es crítica. El municipio Centro Habana -por sólo mencionar uno de
los más poblados- tiene alrededor de 450 metros cúbicos de
desperdicios domésticos por recoger", explicó el funcionario.
Me indicó que me dirigiera a la Unidad Municipal de Higiene Comunal para
que me ofrecieran más detalles.
Allí me atendió (también por teléfono) el señor
Avín, jefe del puesto de mando. Solicité información acerca
de lo que pensaban hacer.
"Esta unidad -precisó- recibía una cuota de combustible
que le permitía realizar quince salidas diarias con sus equipos
receptores. La dirección provincial apoyaba nuestra gestión con
otros quince recorridos cada 24 horas. En esas condiciones se mantenía un
ciclo de recogidas en el municipio cada tres o cuatro días y se sostenía
en un elevado por ciento la higiene en la ciudad. Ya nada es igual. De treinta
salidas diarias apenas cumplimos cinco o seis, por falta de petróleo. En
la actualidad es mayor la acumulación de desperdicios en el municipio
que nuestra capacidad para recogerlos. Lo que estamos haciendo es priorizar las
zonas más afectadas. Pero estamos convencidos de que así no se
solucionará el problema".
Le pregunté qué pasará con la salud de la población
si esta situación continúa. Todavía estoy esperando su
respuesta.
Decidí recorrer algunos sitios de la ciudad para indagar acerca del
tiempo que demoran los camiones de comunales en recoger las inmundicias
acumuladas que desbordan los tanques plásticos.
Los lugares más críticos los encontré en Neptuno y
Aramburu y en San Martín y Aramburu. Montañas de escombros y
basura cubren áreas que superan 10 a 12 metros cuadrados.
Una vecina de Aramburu entre Neptuno y Concordia, que me pidió no ser
identificada, me explicó: "Hacía más de 15 días
que no recogían la basura. Cuando vino el camión se llevó
los desperdicios que estaban en los depósitos, pero dejaron el resto -la
mayoría- regado en la calle. Hace 72 horas que ocurrió lo que le
cuento. Ya estamos igual que al principio. Cerciórese usted mismo.
Observe la esquina. Parece un basurero municipal. Por las noches hay decenas de
ratas y cientos de cucarachas en ese lugar. A esto súmele las lluvias
recientes que llenan de agua las bolsas plásticas donde los vecinos
botamos las inmundicias. Se convierten entonces esas bolsas en potenciales
criaderos de mosquitos. Al caer la tarde sentimos su presencia y sus picadas en
nuestra piel. Ya usted sabe las enfermedades que pueden transmitir los moquitos
a la gente. Hace menos de un año, en esta misma cuadra, hubo un foco de
dengue que afectó a más de cien personas. Muchas de ellas debieron
ser hospitalizadas. Tememos que se repita la misma historia. La higiene pública
está en cero y las explicaciones del gobierno no nos convencen".
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