Estación
Central
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - La Estación Central de
Ferrocarriles acaba de ser declarada Monumento Nacional. El último día
del mes pasado cumplió sus primeros 90 años.
La estación se levanta muy cerca de los muelles habaneros. Marca el límite
de un cuadrilátero de edificaciones que caracterizaron el auge
constructivo de La Habana en las primeras décadas del siglo XX.
También este año se celebra el aniversario 165 de la
introducción del ferrocarril en Cuba, primer país iberoamericano
que contó con un sistema de transporte por tren, lo que contribuyó
sobremanera a que Cuba se convirtiera en la azucarera del mundo. Hoy, cuando ya
no lo es y el tiempo implacable ha dejado atrás muchas cosas, la Estación
Central puede contar una historia diferente.
Justamente en los días en que fue declarada Monumento Nacional, una
viajera demoró cuatro horas en abordar un tren hacia su destino, debido a
una rotura del equipo. Luego tardó 19 horas en llegar a la provincia de
Camagüey.
La viajera contó, además, que encontró pasajeros que
esperaron más tiempo que ella. Tanto, que uno de ellos le confesó
que a la terminal de trenes, en lugar de Estación Central, bien le valdría
el apodo de Dormitorio Central.
Los pasajeros en espera se acomodan en los bancos de la terminal y los
duerme el aburrimiento y la espera. El tren se convirtió desde hace mucho
tiempo en el transporte más propicio para reservar un asiento, ya que en
los ómnibus es muy difícil encontrar un pasaje, dado el número
limitado de autobuses en servicio.
Otra ventaja de viajar en tren es que se pueden cargar más bultos.
Generalmente los viajeros llevan comida, ventiladores y otros útiles para
mejorar su estancia.
El acceso a la Estación Central está muy controlado. Sólo
pueden pasar a su gran salón de espera quienes posean un boleto de
viaje.
También hay quienes venden pasajes a sobre precio. Y bastante altos,
por cierto. Se exige que el billete lleve el nombre del viajero, y debe
chequearse junto al carnet de identidad. Sin éste último no se
puede viajar.
Otra opción es comprar el pasaje en dólares, pero es necesaria
la presencia de un extranjero, pues a los cubanos no se los venden en dólares.
La Estación Central es desde ahora Monumento Nacional. Un monumento a
la ineficacia, la indolencia, la ineficiencia...
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