Cuba y las
dos caras de Jano en Guadalajara
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Lo mismo que Jano, el dios romano
de dos caras dirigidas a derecha e izquierda, el régimen de La Habana
estuvo presente en Guadalajara con sus dos caras, si bien una más oculta
que la otra.
Cuba irrumpió en la XVI Feria Internacional del Libro 2002 en
Guadalajara con una amplia embajada cultural compuesta por 70 escritores, 400
artistas de pintura, danza, música, 62 editoriales con unos 50 mil libros
para exposición y venta, publicaciones periódicas, textos para el
ciberespacio y discos compactos.
En el marco del mayor mercado del mundo de publicaciones en español,
fue entregado el Premio Latinoamericano de Literatura "Juan Rulfo" al
poeta y ensayista cubano Cintio Vitier y la bailarina Alicia Alonso fue
investida con el doctorado Honoris Causa de las Artes, que concede por primera
vez la Universidad de Guadalajara.
Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad de La Habana, fue homenajeado con el
Premio ARPA-FIL. Hubo numerosos conversatorios, charlas, presentaciones artísticas,
exposiciones y mesas redondas. Incluso una de éstas trató el
inaudito tema -tabú en Cuba- "La emigración en la literatura
cubana". El huracán literario y la amplitud editorial en Guadalajara
-como lo calificó la prensa oficialista de la Isla- estuvo compuesto por
creadores artísticos afectos al castrismo. Encabezando la delegación
se encontraba Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional. Además,
Abel Prieto, ministro de Cultura, y Armando Hart, quien fuera ministro de
Educación y Cultura. Para mayores plácemes, la Feria de
Guadalajara de este año estuvo dedicada precisamente a Cuba. Toda una
fiesta. Una mitad de Jano contenta.
Pero, ¿y la otra mitad? Aunque quedó en la isla cautiva, a
tierras de Jalisco llegaron atisbos de esta otra cara antipática,
manifiesta en el intento de engañar a muchos haciéndoles creer que
en nuestro país existe pluralidad de ideas y libertad de expresión.
Así, el jurista cubano Julio Fernández Bulté preparó
el tema "Democracia y Derechos Humanos", a pesar de que Cuba es
acusada año tras año en la Comisión de Derechos Humanos de
Naciones Unidas en Ginebra, de violar los derechos humanos.
El poeta Miguel Barnet, por otra parte, leyó la ponencia "La
religión, sincretismo y cultura", donde no hubo ni una palabra sobre
la persecución religiosa en Cuba y las enormes dificultades para
transmitir el mensaje evangélico, el acceso prohibido a emisoras radiales
y televisivas, todas confiscadas y controladas por el gobierno.
Y qué decir de las palabras de Fidel Castro Díaz-Balart,
primogénito del gobernante cubano, físico nuclear, autor de textos
de difusión científica y de reflexiones sociales concordantes con
el régimen, en la presentación del libro: "Cuba, amanecer del
tercer milenio":
"Si la política es para mejorar el estándar de vida de
nuestro pueblo, nuestra plenitud en el sentido más amplio, estoy muy
contento de ser político, de esta política".
Quizás debió añadir: "porque soy quien soy".
Porque, se sabe, el estándar de vida del pueblo cubano empeora en vez de
mejorar, como lo prueba, entre otros muchos aspectos, el reciente
desmantelamiento de más de la mitad de la industria azucarera, que deja
en una especie de limbo a casi medio millón de trabajadores de una u otra
manera conectados a ella.
En Guadalajara no estuvo presente el pensamiento auténtico y completo
de la nación cubana, sobre todo de la época contemporánea,
a pesar de las sustanciosas muestras bibliográficas y representaciones
artísticas.
El pensamiento que llevó la delegación oficial cubana a
Guadalajara, "olvidó" que 50 ciudadanos cubanos guardan prisión
por haberse introducido sin permiso en la embajada de México en La
Habana, porque creyeron que la nación azteca les abría los brazos.
Estos cubanos no saben -tampoco sus familiares- qué pasará con
ellos.
También parece olvidada la reacción de enojo de las
autoridades mexicanas porque Fidel Castro revelara el contenido de una
conversación telefónica que mantuvo con el presidente Vicente Fox.
Se trata, en fin, de la otra cara de Jano que, con ojos penetrantes, desde
Guadalajara, mira a Cuba. Sería imperdonable error dejarse deslumbrar por
las candilejas de la embajada cultural cubana en Guadalajara.
Feria Internacional del Libro de
Guadalajara
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