Prisiones de Cuba
Desde la cárcel
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Recibí el pasado jueves 5 de
diciembre una carta fechada en la prisión de Guanajay. Por supuesto, no
me llegó por el correo regular. La carta pertenece al preso político
José Manuel Pereira Hernández. Aunque la misiva es personal,
quiero compartirla con los lectores de CubaNet.
Tras el saludo, la carta comienza: "
sabrás que el 28 de
febrero de este año me detuvieron, encontrándome en mi casa ya
acostado, porque pasaban de las diez de la noche. El oficial Rubén (de la
Seguridad del Estado) en su moto, y otro oficial en otra moto Susuki, y un
(auto) Lada con otros agentes, me condujeron al Departamento Técnico de
Investigaciones de 100 y Aldabó. Allí me interrogaban cada 3 ó
4 días, y sólo me preguntaban cómo estaba y me amenazaban
para que dejara la oposición. La comida era pésima y poca, dormía
en una plancha de metal y el colchón era un pedazo de alfombra que medía
aproximadamente 150 por 75 centímetros. En ese horrible lugar estuve un
mes hasta que me condujeron, sin siquiera decirme por qué estaba
detenido, a la prisión de Guanajay.
"Desde abril me encuentro en Guanajay, prisión de mayor rigor,
donde no existen destacamentos para detenidos ni para presos pendientes
(reclusos en espera de ser sancionados) como lo soy yo. Todos los presos que hay
aquí están condenados entre 20 a 60 años por asesinatos,
violaciones y otras causas peligrosas. Aquí siempre hay problemas entre
presos. Entre ellos existen muchos que están armados con cuchillos que
fabrican para defenderse uno de los otros. Es un riesgo encontrarse aquí
por el peligro en que se permanece constantemente.
"Aquí yo soy el único preso político, soy el único
que tiene la correspondencia bloqueada, eso lo he podido confirmar. No me
entregan cartas que me escriben amigos y familiares, las visitas me las dan por
separado, independiente de los demás presos, custodiado por oficiales que
escuchan las conversaciones de los familiares que vienen a verme. Me han
decomisado libros y me requisan más que a todos. Duermo en una colchoneta
que me dieron los que dirigen la prisión, de saco de nylon, y en su
interior pedazos de esponjas de mar con tierra, piedras y arena. Los derechos
humanos son violados aquí constantemente, maltratan a los presos y los
engañan.
"Ya han transcurrido 9 meses de mi detención y todavía no
sé nada, al igual que mi familia. Mi abogada intentó investigar,
pero el expediente es secreto.
"Sabrás que lo que más me duele son mis padres, que son
ancianos y sufren por el encierro injusto a que estoy sometido. Yo estoy
orgulloso de mi lucha, no me humillarán jamás, no voy a traicionar
jamás mis ideas y mis principios. Estoy convencido que Castro se
desmorona día a día por su forma de actuar y la constante violación
de los derechos humanos. No obstante, me pregunto:si existen las Naciones Unidas
y las leyes internacionales, ¿por qué Cuba sigue sometida a una
dictadura militar por tantos años? ¿Hasta cuándo, Fornaris,
mi amigo, deben morir personas tratando de abandonar el país, arriesgando
la vida cada día, huyendo de este sistema? Hermanos de lucha son
obligados a emigrar como refugiados políticos debido a los acosos y
persecuciones continuas.
Nuestro pueblo sufre por la falta de libertad y derechos que nos quitan.
Estamos atrasados en el mundo, no tenemos propiedades, estamos aislados sin
conocer el mundo por una dictadura que obliga al pueblo a participar en todas
sus campañas con amenazas y chantajes.
"Ya pienso concluir, no deseo hacer mi carta cansona Te he explicado
por arribita lo que ha pasado conmigo. Te deseo bien, cuídate mucho. Aquí
tienes un hermano, un amigo. Te quiero porque me da la gana".
José Manuel Pereira es un hombre humilde, un obrero, para más
señas, albañil. Pero es sobre todo una persona honesta y uno se
siente bien de que una persona así lo quiera a uno aunque sea "porque
le da la gana".
Tras la despedida y su firma, Pereira concluye la carta con este pensamiento
de José Martí, Apóstol de la independencia de Cuba: "Me
parece que me matan a un hijo cada vez que privan a un hombre del derecho a
pensar".
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