CUBANET .INDEPENDIENTE

10 de diciembre, 2002

Stimmung y Haltung en Cuba

Jorge Alberto Aguiar Díaz, Grupo Decoro

LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Hace unos días un amigo escritor me recordó las palabras de Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich: "No hablamos para decir algo sino para obtener cierto efecto".

A propósito de esta sentencia de Goebbels pudiéramos preguntarnos, ¿qué opinan los cubanos de las marchas multitudinarias frente a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, o de las llamadas Tribunas Abiertas que todos los sábados se convocan en un municipio diferente para gritar consignas y declamar fervorosos poemas?

Pudiéramos preguntarnos por cualquier ejemplo, pasado o reciente, donde el gobierno acude a las grandes movilizaciones, suspende la programación habitual de la televisión para transmitir el desfile victorioso de un pueblo sacrificado, y donde los músicos cantan loas y lloran a los mártires.

¿Qué cuál es la opinión de los ciudadanos? ¿Pero, quién se preocupa, y hasta dónde, por los comentarios de la gente? ¿Al gobierno le interesa realmente lo que el pueblo dice o piensa?

El pueblo desfila, vocifera la consigna de moda, llora de emoción, aplaude, acude a las urnas, en fin, se moviliza; o para decirlo con más precisión, es movilizado. Esto de por sí es suficiente para el gobierno, y mucho más importante que la opinión de los ciudadanos.

Para ser consecuentes con el pensamiento de Goebbels diríamos que lo importante es que el gobierno logra un efecto, y lo dramatiza, lo publicita, lo propaga, lo hace verosímil aunque no sea verdad.

Y no es verdad porque sabemos que la mayoría del pueblo asiste a las movilizaciones por miedo, inercia, desinformación, e intereses de todo tipo. Sin obviar, por supuesto, cierto placer que siente la masa al ser convocada, saberse dirigida, y poder gravitar entonces sobre un centro -identificación sicológica y seguridad emocional. En fin, cierto placer en ese miedo por la libertad, que resulta contradictorio, del que habló Erich Fromm, o la actitud masoquista del hombrecito-masa descrita por Wilhelm Reich.

Sabemos también que la propaganda, el adoctrinamiento, y la desinformación son los métodos preferidos por el gobierno cubano desde hace 43 años. Y desde el caso del niño Elián dichos métodos se han ido perfeccionando para la manipulación, sutil o no, de la mayoría del pueblo; Pero, sobretodo de la juventud universitaria, o intelectual, en términos generales.

Son los métodos -algunos de ellos- con que el gobierno cubano construye sus ficciones. Recordemos que la ficción no es una mentira sino que, como apuntara Mario Vargas Llosa, es "la verdad de las mentiras". En ese pacto ficcional el gobierno logra lo que quería Goebbels: un efecto

¿Adónde nos lleva esta reflexión que puede parecernos a primera vista incoherente?

Goebbels fue un viejo zorro y nos obliga a dar ciertos rodeos.

Lo significativamente importante es lograr un efecto. Como en el cantinfleo, donde no entendemos nada de lo que dice Cantinflas, pero él logra su propósito: hacernos reír.

Joseph Goebbels -no podemos olvidar su cargo de ministro de propaganda de Hitler- habló de la Stimmung, o moral y opinión de la gente acerca de la política; y habló del Haltung, que sería algo así como la conducta de los ciudadanos hacia la política.

Es decir, la Stimmung podía estar baja, ser incluso adversa al gobierno; pero, si el Haltung era alto, leal, no había, entonces, nada de que temer. El Führer podía dormir en paz.

Un gobierno no construye sus ficciones únicamente con la Stimmung sino también, y sobre todo, con el Haltung. Por esta razón son imprescindibles las marchas multitudinarias, el consenso a través de la propaganda, la desinformación generalizada, el adoctrinamiento disfrazado de educación. Por esta razón, también, los estados totalitarios alientan muchísimo el nacionalismo: hay que hacerle creer al pueblo que son una raza o una cultura elegida. Los dictadores desean no sólo pueblos obedientes sino también narcisistas.

No es la Stimmung sino el Haltung; no la opinión sino el comportamiento a través de la acción pública, lo que necesita cualquier estado totalitario.

Si el gobierno cubano aceptara un referéndum a través del Proyecto Varela, o legalizara a un amplio y heterogéneo movimiento de disidentes y opositores, o permitiera la prensa independiente, estaría modificando el Haltung; entonces el comportamiento hacia la política de los ciudadanos se volvería plural y verdaderamente participativo.

Es imprescindible para el gobierno cubano mantener un control sobre la uniformidad de los actores sociales, que no varíe en lo más mínimo la conducta de los ciudadanos.

Cuando mi amigo me recordó la frase de Goebbles, yo le correspondí con una de Stalin, porque me pareció ver una secreta conexión entre ambas, y aunque puede ser apócrifa, de todas maneras es muy stalinista debido a su poder persuasivo: "En el socialismo la represión no se ve, se siente."


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