Funesto
comportamiento de la economía cubana en 2002
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Apenas unas semanas antes de
concluir el 2002, resulta evidente que no se logrará cumplir la meta
programada de alcanzar un crecimiento del tres por ciento en el Producto Interno
Bruto (PIB).
La revista The Economist, en un informe publicado en septiembre,
pronosticaba el aumento del PIB ascendente a un insignificante 0.2 por ciento,
inferior al crecimiento de la población, lo que incluso resulta demasiado
optimista.
Aunque el gobierno no ha brindado información sobre el comportamiento
de la economía en el transcurso del año, ni siquiera sobre lo
realizado en el primer semestre, los elementos que se poseen indican un probable
desempeño negativo en la dinámica económica. El turismo, la
inversión extranjera directa y las remesas, pilares básicos, no
parecen haberse recuperado de las tendencias adversas surgidas el año
pasado.
El turismo, la actividad fundamental del país, muy difícilmente
alcanzará los niveles de 2001 que, como se conoce, fueron inferiores al
2000. En enero y febrero de 2002, meses de temporada alta, arribó un 21
por ciento menos de visitantes que en igual período del año
anterior. Entre marzo y agosto, el decrecimiento fue de un 8.3 por ciento y
aunque las predicciones oficiales pronosticaron un mejoramiento en la llegada de
turistas para noviembre y diciembre, los atrasos acumulados parecen
insuperables.
En las inversiones extranjeras tampoco se aprecian mejorías
significativas. En el 2001, la inversión directa cayó de 448.1
millones de dólares estadounidenses en el 2000 a 38.9 millones, según
informaciones del Banco Central de Cuba.
En cuanto a las remesas, todo indica que se mantiene el retraimiento surgido
con posterioridad a los sucesos del 11 de septiembre de 2001, lo cual se
corrobora por la ausencia de clientes en las tiendas de venta en dólares
y de personas trocando los dólares por pesos en las casas de cambio.
A ello se agrega la pérdida de los 200 millones de dólares por
el alquiler de la base de escucha de Lourdes a Rusia, cuyas consecuencias se
hacen efectivas este año.
La zafra 2001-2002, en la que se produjeron tres millones 610 mil toneladas,
si bien fue ligeramente superior a la anterior (tres millones 500 mil toneladas)
no significará mayor disponibilidad de azúcar en el año,
pues la zafra chica, a realizarse durante el presente mes de diciembre, será
muy pequeña por sufrirse ya el impacto de la reestructuración del
ramo que únicamente dejará 71 centrales en operaciones, con serias
reducciones de las áreas cañeras.
Al pobre volumen de azúcar disponible se agrega que los precios en el
mercado mundial han estado deteriorados de modo significativo. Oficialmente se
estima un descenso en el valor exportado de 120 millones de dólares
respecto al año anterior, sólo debido a los efectos de los
precios.
Estas circunstancias, agravadas por la alta cotización del petróleo
en el mercado mundial y las serias dificultades para materializar el convenio
existente con Venezuela, han ocasionado la radical disminución de la
capacidad de importación del país y una pronunciada carencia de
insumos, principalmente combustibles, lo cual ha afectado a todos los sectores
de la economía y disminuido aún más el nivel de vida de la
población. Esto se ha visto reflejado de manera particular en la
disminución del transporte y en el aumento de los cortes del servicio de
electricidad, así como en el desabastecimiento de artículos básicos
para la ciudadanía, lo cual ha provocado un significativo incremento de
los precios.
A esas circunstancias se agregó el paso de dos huracanes por la isla
en septiembre: Isidore y Lily, que tuvieron una trayectoria cercana a toda la
costa sur y atravesaron la Isla de la Juventud y la provincia Pinar del Río.
Los ciclones causaron daños considerables en inmuebles, así como
en la infraestructura y la actividad agropecuaria, en especial el cítrico
y el tabaco, con la destrucción de miles de casas para el almacenamiento
y curación de la hoja.
Todo lo anteriormente apuntado demuestra que la economía cubana se
encuentra en muy difíciles condiciones, con un agravamiento muy serio de
las tensiones financieras, tanto internas como externas. Principalmente las últimas,
pues incluso el gobierno ha sido incapaz de honrar los compromisos con la
renegociación de su deuda, concertados hace poco tiempo con algunos de
los países acreedores.
Habrá que esperar el informe que las autoridades cubanas deberán
presentar a la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuando sesione a finales de
diciembre, para conocer los datos oficiales, tradicionalmente bastante
controvertidos, pero ya puede asegurarse que el comportamiento de la economía
cubana en 2002 ha sido funesto, y que las perspectivas no son mejores.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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