Los que se
van
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Miguel y Zoraida tomaron una decisión
importante y arriesgada. Ambos jóvenes, en unión de otras personas
intentarían abandonar el país por vía marítima la
noche del domingo 17 de noviembre. Los recogería un familiar de la joven
en un punto de la costa norte de la provincia de Pinar del Río.
Conocí a la pareja a finales de octubre de este año. Él,
recién graduado en Ingeniería Forestal. Ella, licenciada en Economía.
Ambos viven y trabajan en la capital y son militantes de la Unión de Jóvenes
Comunistas. Cada dos semanas se montan en cualquier vehículo que
aparezca, desafían las dificultades y pasan sábado y domingo con
sus familiares fuera de la ciudad. Se casaron hace dos años y ella está
esperando su primer hijo.
Después volvimos a encontrarnos en un círculo más íntimo.
Yo les dije quién era y ellos me confiaron sus planes migratorios.
"¿Por qué abandonas el país por esa vía?",
pregunté a Miguel. "¿Tuviste en cuenta los riesgos a que se
exponen?"
"Estoy cansado de repetir como un papagayo lo que no pienso. Hacer lo
que no deseo y sí lo que quieren otros. Cansado de ser hipócrita y
mentir para sobrevivir y poder tener acceso a mejores oportunidades de empleo y
salario. Aburrido de mantener relaciones sociales con personas que no respeto. Sé
que los riesgos son muchos, pero vale la pena intentarlo".
Me dirigí entonces a la joven esposa: "A usted, Zoraida, le
repito la misma pregunta, sólo que como futura madre..."
"Yo no quiero que nadie usurpe mi papel como educadora de mi hijo. Soy
cristiana y espero que mi hijo también lo sea. Yo aspiro a lo mejor para él,
y estoy segura de que en este país no lo tendrá. Tampoco quiero
que viva mis experiencias desagradables. He tenido que engañar a muchas
personas para subsistir, incluso a mi esposo al principio de nuestra relación.
Aquí nadie confía en nadie. El peligro es real. La travesía
peligrosa. Yo asumo la responsabilidad por mí y mi futuro hijo.
Los miré, convencido de la sinceridad de sus palabras. Expresaban lo
que sentían. Los abracé y les deseé éxitos en el
futuro. No los he vuelto a ver.
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