Carlos Wotzkow. Diciembre 2, 2002.
A principios de año el Alcalde de Bienne, el socialista Hans Stöckli,
invitó a Fidel Castro a la inauguración de la Expo 02. En aquel
entonces hizo una apuesta con el periódico local (Biel Bienne), en la que
aseguraba que el dictador Castro vendría a su ciudad (un pueblito del
tamaño de San José de las Lajas) a visitar la Expo (el mayor
despilfarro económico conocido en Suiza después de la compra de
los aviones F-18).
De un lado para otro, es decir, de Bienne a Berna, el Alcalde Stöckli
corría como mensajero sin pudor a implorarle a la embajadora cubana, la "compañera
Theresa Vicente" para que le diese noticias de la visita de su invitado de
honor. Pero la campechana embajadora, ni diplomática ni cortés, se
mantuvo todo el tiempo escondida, y dejó a cargo de sus funciones
consulares a un respondedor automático de teléfono y un fax que ni
siquiera se digno nunca a responder.
Triste y melancólico, Hans Stöckli veía como la Expo se
acababa sin que "su líder máximo" llegara y por ello, se
dispuso en varias ocasiones a perseguir físicamente a la representante
cubana en el país helvético. "Todo el mundo está
informado, - decía desconsolado - desde la embajadora cubana hasta el
embajador Suizo en Cuba y además, el Consejero Federal Joseph Deiss. Ya sólo
hará falta una mano del destino para que yo gane esta apuesta." Más
o menos este era el gran problema de Stöckli hace unos 3 meses (1).
En enero de este año, al enterarme de la repulsiva invitación,
escribí un artículo intitulado "Bienne: cuartel
general de los tontos en Suiza" (2) y se lo mandé por correo
certificado a su oficina, sin que hasta hoy, como le hizo a él la
embajadora cubana, él se haya dignado a responderme, o tan siquiera a
informarse un poco más sobre su invitado, el Polpot de Cuba, o el moderno
Hitler del Caribe, como más justo les parezca.
Sin embargo, el tema que me motiva hoy no es el de un miserable como Fidel
Castro invitado por un tonto helvético a dar "una conferencia
magistral de historia a las juventudes suizas." Ni mucho menos el tema de
la Expo 02 que no llama a mi atención ni para hacer de el una buena crítica.
El asunto es, que hay dos cubanos en peligro, y que ni Stöckli, ni una
buena mano en el destino los salvan si no nos ponemos unidos y cerramos filas
frente al desastre humano que implica el comunismo en Cuba.
En Diciembre de 1998, Manuel Antonio Vega González solicita el asilo
político en Ginebra y es enviado al Ticino. Desde entonces, comienza un
largo proceso en el que, sin más pruebas que aportar, las autoridades
suizas no parecen convencidas de sus alegatos de persecución. El 11 de
Junio del 2001, Susana María Martínez López,
sentimentalmente relacionada con el primero, solicita su asilo en el cantón
Ticino, y a pesar de explicar que su pareja se encontraba en ese cantón,
la mandan al de Berna.
De esta manera, a la separación familiar que Castro aplica para
destruir a la familia cubana, se une la que el Buró Federal para los
Refugiados aplica en Suiza para destruir a las parejas de Cuba, y no conformes
con obligarles a incurrir en tremendos gastos para poder verse, el 21 de Octubre
del presente, le comunican a Manuel Vega que su apelación había
sido desestimada y que su deportación era, en el caso de Cuba "practicable".
O sea, inminente y con fecha 12 de diciembre del presente.
No tengo que decirle a ningún cubano cómo se sintieron estos
compatriotas (cuyos datos personales facilito en caso de que se les quiera
ayudar) al saberse sin el apoyo y la comprensión de las autoridades
suizas, pero el razonamiento que ellos hicieron del dilema fue muy claro: para
Cuba, únicamente muertos. Así, en cuestión de horas se
compran un par de pasaportes españoles falsos, sacan un pasaje de avión
con el dinero que les reporta la venta barata de todas sus pertenencias, y son
detenidos al momento de abordar el avión en el aeropuerto de Zürich.
Para las autoridades suizas, o para Alcaldes como Stöckli, se tratará
seguramente de dos ciudadanos de origen extranjero que violaron la ley, pero
para cualquier cubano, se trata de la vida o la muerte. Se trata de dos personas
honestas que se confrontan éticamente y por primera vez cuando la política
de asilo en Suiza les obliga a infringir la ley para salvar sus vidas. Por ello,
me da pena Stöckli y me da también muchísima pena Suiza, un
país que hasta ahora se había desmarcado de la mediocridad europea
y que poco a poco va cayendo en ella.
Para los que lean esta nota y se sientan sensibilizados con estos
compatriotas, sólo hay una pequeña posibilidad para salvarles. Se
trata de escribir cartas. Yo, y sólo porque confío más en
cualquier institución Suiza que en las de mi propia patria, ya he
empezado a hacerlo. La diana se llama Oficio Fedreral para los Refugiados y su
dirección exacta es:
Office Féderal des Réfugies Quellenweg 6, CH-3003
Bern-Wabern Switzerland
Baste escribir en inglés y pedir para ellos un permiso humanitario, y
que los regresen a Cuba luego, pero no a las garras del asesino Fidel Castro.
Carlos Wotzkow Bienne Diciembre 2, 2002 Gundlachi@hotmail.com Fax:
+ + 41 32 342 26 01
Notas:
1.- La información utilizada en los 3 primeros párrafos
fue publicada con sorna por el Biel Bienne en la sección "Actuel"
el 12 de septiembre del 2002.
2.- Bienne: cuartel general de los tontos en Suiza. Apareció
publicado en "La Nueva Cuba" el 24 de Enero del 2002 y fue esa versión
la enviada a las oficinas del Sr. Stöckli.
Manuel Antonio Vega González N° identidad
provisional en Suiza: N 360 234 Mas/Mct. N° de Ref. 12 809 147
Susana María Martínez López N°
identidad provisional en Suiza: N 409 678 Ebl. N° de Ref. 13 043 491.
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