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Incremento de
la violencia en Guantánamo
LA HABANA, 3 de diciembre (Fara Armenteros, UPECI / www.cubanet.org) -
Residentes de la oriental provincia Guantánamo observan alarmados el
incremento de actos de violencia en la localidad, que se manifiestan en
enfrentamientos callejeros, familiares, entre jóvenes escolares;
asesinatos y asaltos, sin que las autoridades tomen medidas para impedirlo, a
pesar de que cada día se incorporan más efectivos a los cuerpos
militares.
Hace dos semanas las jóvenes Jane Formen Frómeta, de 15 años,
y Lituania Díaz, de 23, fueron asaltadas por dos hombres que les quitaron
las bicicletas montañesas que montaban, y las amenazaron con matarlas si
no se les entregaban.
"La situación se ha tornado muy difícil", comentó
la joven Formen Frómeta. "No se puede salir a la calle".
Recientemente fue sepultado el joven Carlos García Medina, de 17 años,
alumno del preuniversitario #20, situado en el Alto de la Clanora, en el
municipio Yateras.
García Medina se encontraba acostado en el dormitorio cuando fue
atacado a puñaladas por el también alumno del centro Jesús
Monoelo, quien le causó la muerte. Según familiares de García
Medina, anteriormente ambos jóvenes tuvieron una riña.
La víctima era hijo único y su muerte ha causado gran
consternación en la localidad donde residía, Jamaica, a 6 kilómetros
de la ciudad de Guantánamo.
Residentes del lugar manifestaron que es hora de que las autoridades se
preocupen por el incremento de la violencia que azota la ciudad. Según señalaron,
este incremento está muy relacionado con la mala situación económica
que vive el país.
Por su parte, Alberto Martínez Fernández, que preside el Club
de Prisioneros Políticos de Guantánamo señala que las
propias autoridades policiales practican violencia, y añadió que
recientemente el joven Rooney Olivares González, vecino de la calle 4
Norte entre 3 y 4 Oeste, en la propia ciudad, fue golpeado por el capitán
Juan, jefe del sector de la policía, cuando el opositor pacífico
se dirigía a recoger firmas para el Proyecto Varela.
A Olivares González lo mantuvieron cinco días en un calabozo
de la 3ra. Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), sin
recibir asistencia médica.
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