El Totí
y la crucifixión de la caña de azúcar
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Llama la atención que al
cabo de cuatro décadas de mal uso de la tierra haya quien diga que el
monocultivo de la caña de azúcar (gran extractora de nutrientes
del suelo) esté entre las causas principales del desgaste de los suelos y
del consecuente desmantelamiento de la industria azucarera. Verdad a medias.
En nuestro país, cuando alguien quiere librarse de culpa apela al
socorrido dicho: "Todos los pájaros comen arroz -o azúcar -
pero el Totí carga la culpa".
El Totí (Scolecophagus atroviolaceus), mejor conocido por choncholí
y negrito en el oriente cubano, no es totalmente inocente de culpa al ser tomado
por modelo. Cuando siglos atrás su población, autóctona de
Cuba, era muy grande (hoy está amenazada de extinción), andaba en
tropa recogiendo granos, semillas e insectos que el arado descubría,
encaramándose también sobre los bueyes de labranza a los que
limpiaban de garrapatas. El azúcar era también un gran atractivo
para estas avecillas muy negras de no más de un palmo, al extremo que en
los ingenios destinaban un negro esclavo de los inútiles por muy viejos o
enfermos, o un niño, para espantar a los totíes.
La caña de azúcar y el ingenio marcaron la economía
cubana por más de 400 años, casi desde su introducción en
la isla por Diego Velázquez en 1523, dando paso a una peculiar distribución
y tenencia de la tierra, forma de gobierno o presionante de éste que los
historiadores del patio denominan "sacarocracia", tradición agrícola
muy fuerte imbricada en toda la trama nacional e incluso desbordando las
fronteras, como puede inferirse del innegable hecho de que la producción
del azúcar cubano era suficiente para solventar las necesidades de este
alimento de un cuarto de la población mundial.
Hoy en día el 76,8 por ciento del total de seis millones 686 mil 794
hectáreas de superficie agrícola está considerada poco o
muy poco productiva, según datos oficiales.
Por su parte, el Programa de Lucha contra la Desertificación y la
Sequía expone que 11 de las 14 provincias cubanas están dañadas
por falta de materia orgánica, erosión, compactación,
acidez o exceso de sales, problemas que tienden a hacerse dramáticos en
el oriente del país, donde existen frágiles ecosistemas de
humedales, montañas y costas.
Además, el experimentado ganadero de Camagüey, Emiliano Roche,
declaró a un medio oficioso que él "tiene la teoría de
que la sequedad va caminando hacia el oeste".
La situación de la ganadería predominantemente extensiva,
sobre todo a partir del cese de la subvención soviética y de otros
ex socialistas de Europa, no es menos dramática que en los terrenos
dedicados a la caña, pues presenta suelos muy desgastados, carentes de
humedad y por consiguiente de nutrientes por la falta de precipitaciones. Dicho
sea de paso, la gravedad está advertida en un informe del Ministerio de
la Agricultura el cual señala que los bajos niveles de lluvia acumulada
en las últimas dos décadas "serán extraordinariamente
secos con mayor afectación en la zona oriental", lo que se viene
confirmando en la realidad.
Carlos Rodríguez Otero, máster en Ciencias Geográficas
y miembro del Instituto de Planificación Física dijo: "El
clima es sólo una condicionante del proceso de desertificación. La
actividad antrópica (influencia humana) ha sido la mayor causante de la
degradación de los suelos del país".
No exento de razón, el gobierno afirma que el problema de la
degradación de los suelos comenzó con el cultivo comercial de la
gramínea gigante (en 1590) y la consecuente tala de bosques enormes, y
que lo mismo ocurrió con la ganadería también en las
llanuras y con el cultivo de cafetos en las montañas. "Totíes"
ciertos. Pero a ningún "Totí" se puede culpar de que la
mayor y peor devastación del patrimonio de suelos, forestal y faunístico
comenzó exactamente el primero de enero de 1959.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|