Acerca del
descontrol y la ignorancia
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - La situación de la auditoría
en Cuba, la indisciplina, la corrupción y el robo de los recursos del
Estado fueron los temas principales tratados por Lina Pedraza Rodríguez,
titular del Ministerio de Auditoría y Control (MAC), en entrevista
publicada el 19 de agosto por el periódico Trabajadores bajo el titular "Detrás
del descontrol no hay tanta ignorancia".
El Ministerio de Auditoría y Control fue creado hace más de un
año con el propósito de mejorar los deteriorados controles económicos
y luchar contra los delitos que se producen en el ramo de la administración
de los bienes estatales.
Según Pedraza, en el primer semestre de 2002 fueron ejecutadas más
de 2,900 auditorías en entidades estatales, de las que el 39 por ciento
recibieron una calificación de deficiente o mal.
Este porcentaje, de por sí alarmante, podría ser peor si se
tiene en cuenta que del total de las auditorías 117 fueron realizadas por
especialistas del MAC y arrojaron que el 63 por ciento de las instituciones
inspeccionadas tienen una gestión administrativa deficiente o mala. Esto
parece indicar que si en el conjunto de las auditorías se hubieran
aplicado los métodos rigurosos de los técnicos del MAC, la
cantidad de empresas con dificultades podría ser superior.
Entre las principales dificultades la ministra citó la falta de
control sobre los recursos en almacenes, los medios básicos y las cuentas
por cobrar. Además, señaló las graves insuficiencias
presentes en los procesos de contratación de las transacciones económicas
entre las empresas y la inadecuada utilización de las cuentas bancarias,
todo lo cual deja un alto margen para las actividades delictivas.
Pedraza también se refirió a las llamadas multas que se le
impone a la población en el comercio minorista, o sea, a los precios por
encima de los niveles establecidos, cuya diferencia se embolsan los comisores de
los delitos, a las ventas en moneda nacional y en divisas de mercancías
con calidad deficiente, pesos alterados y en ocasiones vencidas.
Indudablemente, las respuestas brindadas por la ministra resultan amplias en
cuanto a los aspectos negativos que caracterizan la gestión económica
de la mayoría de las instituciones cubanas. Sin embargo, se silenciaron
las causas que constituyen las bases de estos problemas.
En primer lugar, los salarios son insuficientes, mucho más en los últimos
tiempos como resultado de la depreciación del peso y la elevación
de los precios en las tiendas de venta en dólares, lo cual ha incidido en
el incremento general de los costos al consumidor y por consecuencia se ha
deteriorado aún más el nivel de vida de los trabajadores.
Al mismo tiempo, se aprecia que la tradicional escasez de todo tipo de artículos
se ha acelerado, incrementándose a niveles extraordinarios los precios en
el mercado negro, lo que en el ambiente de descontrol imperante crea un clima
favorable a los desvíos de recursos del Estado.
Paralelamente, la existencia de una economía dolarizada provoca en
muchos ciudadanos carentes de vías legales de acceso a esta moneda que
traten de obtenerla a cualquier costo, incluido el robo y venta de los productos
sustraidos, a lo que se agregan las enormes dificultades ocasionadas por la
dualidad monetaria para una administración correcta de los bienes, con el
agravante de la existencia de diferentes tasas de cambio entre el dólar y
el peso, hecho que además de distorsionar la realidad económica
nacional es terreno fértil para las operaciones fraudulentas.
De modo adicional, la diversidad de mercados con sus propios sistemas de
precios es otro factor que dificulta el control y propicia condiciones ideales
para operaciones especulativas y desvío de recursos.
Por ejemplo, los productos agrícolas se comercializan a través
del racionamiento, en el mercado topado, en el mercado agropecuario, donde
participan productores privados bajo las leyes de la oferta y la demanda, en los
mercados surtidos por el Ejército Juvenil del Trabajo, en las tiendas de
venta en dólares, en las ferias agropecuarias de fines de mes y en el
mercado negro. Se da el caso de un mismo producto con precios distintos en cada
uno de estos mercados.
Por otra parte, el Estado insiste en su política de administrar
directamente miles de microestablecimientos, como barberías, zapaterías,
peluquerías, quioscos... imposibles de controlar centralmente y que son
una fuente de inestabilidad administrativa que se refleja en toda la sociedad.
Se debe añadir que el trabajo de control económico,
vilipendiado durante años y despreciado oficialmente, continúa muy
mal retribuido, poco estimulado y por lo general cuenta con pocos recursos
materiales para efectuar una labor de calidad.
Los problemas apuntados han estado presentes en la sociedad durante años,
lo que ha originado una cultura de ilegalidad, una moral nociva que no considera
delito el robo al Estado. Lamentablemente, continúan ignorados y sin
propuestas concretas de solución por parte de las autoridades, tal y como
se percibe en la entrevista ofrecida por la ministra Pedraza.
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