El Nuevo
Herald, agosto 20, 2002.
''Aluvión'' de ventas a Cuba bajo sospechas
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
Lo que comenzó como un paliativo humanitario tras el paso devastador
del huracán Michelle sobre Cuba, se ha transformado nueve meses después
en un vigoroso puente comercial que ya alcanza los $113 millones e involucra
negociaciones con unas 150 empresas estadounidenses.
La cadena internacional Marsh Supermarket, con sede en Indianápolis,
llevó el pasado domingo a La Habana un primer cargamento con 100
toneladas de mantequilla, margarina, cereales y puré de tomate, productos
que serán comercializados en las tiendas en dólares de la isla.
Es la primera vez en 40 años que productos de conocidas marcas
norteamericanas llegarán directamente a la red de tiendas en divisas, al
acceso de los ciudadanos nacionales, sin mediación alguna de firmas
proveedoras.
El cargamento, valorado en unos $100,000, forma parte de un contrato por
$750,000 entre Marsh y Alimport, la empresa estatal cubana importadora de
alimentos, y el cual incluye unos 250 productos.
'Esto forma parte de un aluvión comercial que se está
generando en torno a la isla'', consideró John S. Kavulich, presidente
del Consejo Económico y Comercial Cuba-Estados Unidos, con sede en Nueva
York. "Las razones que dio el huracán [Michelle] para vender
productos agrícolas y medicinas a Cuba ya quedaron atrás''.
Luego de que Michelle atravesara la isla, el pasado noviembre, el gobierno
cubano realizó una primera ronda de compras por valor de $36 millones,
suficientes para adquirir un lote de medicamentos, trigo, maíz, soya,
manteca de cerdo y pollos congelados.
Se espera que para finales de este año las transacciones con Cuba
sobrepasen los $165 millones.
Las operaciones habían sido autorizadas por el Congreso de EU desde
el 2000, cuando se permitió la exportación de medicinas y
alimentos a Cuba bajo la condición de que el régimen de Fidel
Castro pagara en efectivo.
Precisamente la verificación de los pagos cubanos es ahora un punto
de controversia entre los partidarios y opositores de las relaciones comerciales
con la isla.
''Dudamos grandemente de los pagos en efectivo de Cuba'', señaló
el congresista cubanoamericano Lincoln Díaz-Balart, quien está
solicitando una investigación federal sobre el asunto.
En una carta enviada el pasado mes a Otto Reich, subsecretario de Asuntos
Hemisféricos en el Departamento de Estado, ocho congresistas pidieron se
ofrecieran pruebas de los pagos cubanos a las empresas estadounidenses.
Díaz-Balart, uno de los firmantes de la misiva, piensa que las
propias compañías agrícolas de Estados Unidos podrían
estar financiando estas operaciones comerciales a través de firmas
subsidiarias.
''Hay un esfuerzo obvio de la tiranía castrista y los mercaderes
estadounidenses por demostrar que Cuba es un buen mercado para los productos agrícolas
con el fin de obtener el financiamiento de estas ventas'', observó el
congresista. "Es un círculo vicioso grotesco e inmoral''.
Kavulich discrepó radicalmente de esa apreciación. ''No hay
evidencia alguna de que las ventas no se estén realizando de acuerdo con
la ley establecida'', opinó el funcionario, quien valoró como un
incentivo las recientes enmiendas aprobadas por la Cámara de
Representantes para flexibilizar el embargo.
Las propuestas para permitir los viajes de estadounidenses, el
financiamiento de ventas y el aumento de remesas podrían hacerse
efectivas próximamente, aunque el presidente George W. Bush ha prometido
impedir que se conviertan en legislación.
De la Seguridad del Estado al capitalismo
Juan O. Tamayo. The Miami Herald
Si pudiera parecer extraño que la Cuba comunista esté
exportando ''administradores de negocios'' para trabajar en firmas capitalistas
en el extranjero, ese es sólo uno de los intrigantes ángulos en la
historia de una poco conocida agencia del gobierno en La Habana,
Cubatécnica.
La mayoría de los aproximadamente 400 cubanos contratados por Cubatécnica
para trabajar en el exterior son ex altos oficiales de la inteligencia o
familiares de importantes funcionarios del gobierno, que obtuvieron sus empleos
a través de chantajes apenas velados, dijeron ex empleados y otros que
continúan trabajando en la mencionada agencia.
Un ex coronel del ministerio del Interior dirige un almacén en Panamá,
un experto en electrónica trabaja como contador en Madrid, y el hijo de
un héroe de la Cuba revolucionaria arregla computadoras en Venezuela,
dijeron las fuentes.
Las autoridades cubanas se aseguran de que los mejores empleos fueran para
ex oficiales del Ministerio del Interior, quienes habían sido purgados en
1990, después de la ejecución de varios oficiales del ministerio y
del general de Ejército Arnaldo Ochoa, bajo cargos de contrabando de
drogas.
''Fidel Castro le temía a esos capitalistas subversivos, de manera
que el gobierno les permitió contratar a los purgados del Ministerio del
Interior, despedidos del cuerpo pero todavía confiables'', dijo un
empleado actual de Cubatécnica.
Esos empleos eran muy lucrativos -con un salario que podía llegar
hasta $600 al mes en un país donde el salario mensual promedio era de
$13- y muy pronto comenzaron a atraer a los confiables hijos e hijas de altos
miembros del gobierno.
''Nos contrataron porque conocíamos a gente situada muy alto'', dijo
un ex empleado de Cubatécnica, que adujo haber ido a la escuela con dos
de los hijos de Fidel Castro. Al igual que el resto de los empleados de la
agencia que fueron entrevistados, pidió conservar el anonimato por miedo
a represalias.
Pero para la segunda mitad de la década de los 90, muchos de los
cubanos que trabajaban para firmas extranjeras en La Habana empezaron a tener
problemas -en ocasiones pagando sobornos a funcionarios del gobierno para
obtener contratos o para pasar por alto trámites burocráticos, en
ocasiones buscando mujeres y drogas para sus jefes.
Fue en esa época que los empleados cubanos comenzaron a pedirle a sus
jefes que les buscaran empleo en el exterior, y que Cubatécnica emergió
como el contratista oficial del gobierno entre los empleados cubanos y las
firmas capitalistas en el extranjero.
Algunos de los cubanos le dijeron a sus jefes que ellos querían los
altos salarios que podían ganar fuera. Otros adujeron que la policía
los investigaba por corrupción y que necesitaban ''refrescar'' en el
exterior, dijeron empleados de Cubatécnica.
''En todos esos casos, había un chantaje encubierto de que los
empleados cubanos sabían demasiado sobre el negocio sucio de las compañías
en Cuba, y que causarían problemas si no salían del país'',
dijo un antiguo empleado de Cubatécnica.
Cubatécnica negoció los nuevos contratos y ahora tiene un
estimado de 400 empleados en México, España, Panamá, Chile,
Venezuela, Italia, Canadá y Francia. Las llamadas que el Herald hizo a
Cubatécnica no recibieron respuesta.
Los contratados por Cubatécnica deben reportar a las oficinas
directivas de la inteligencia cubana en sus embajadas respectivas, conocidos
como Centros, sobre sus contactos con las figuras políticas locales, según
dijeron los contratistas. Según los contratos de Cubatécnica, la
mitad de los salarios oficiales deben dirigirse al gobierno cubano, si bien
muchos de los contratistas reciben pagos bajo la mesa procedentes de sus
empleadores extranjeros, explicaron los cubanos.
De hecho, añadieron, la mayoría de los contratistas de Cubatécnica
están hoy en día menos interesados en el trabajo de inteligencia
que en hacer dinero, de manera que disfrutan de la vida en el exterior y envían
dinero a sus familiares en la isla.
Como dijo un cubano que rompió con Cubatécnica pero que se
quedó en el exterior como reparador de computadoras: "Tengo un auto,
un apartamento. Le envío dinero a mi familia y puedo visitar Cuba cuando
quiera. Eso es el sueño capitalista ¿no?''.
Liván se desquita
Jorge Ebro. El Nuevo Herald
De punta a punta dominó ayer Liván Hernández a los
Marlins, como si no existiera en su recuerdo ni un instante de aquel día
de octubre de 1997, cuando se convirtió en el hombre más feliz de
la tierra al ganar un anillo de campeón.
En un terreno tan conocido para él como el Pro Player, el cubano
enredó a los peces en su trampa de lanzamientos y llevó a los
Gigantes de San Francisco a un triunfo por blanqueada de 3-0 ante 7,100
aficionados que se quedaron con las ganas de ver a Barry Bonds.
Bonds no alineó en busca de descanso, pero los Gigantes no
necesitaron de sus servicios para romper una mala racha de cuatro derrotas, a
pesar de que terminaron con balance negativo de 4-3 el enfrentamiento particular
contra los Marlins en la temporada.
De haber perdido, San Francisco, que se ahorró el bochorno de una
barrida en cuatro encuentros, hubiera caído en una seguidilla de cinco
fracasos, algo que no sucedía en la historia de la organización
desde la temporada del 2000.
Liván (9-13), que perdió tres decisiones consecutivas previo
al partido de ayer, se desquitó de su mala suerte con los peces, que
apenas le conectaron cinco imparables en toda la ruta, además de ponchar
a ocho.
''No tuve la velocidad acostumbrada, pero eso no lo es todo y trabajé
con mucha inteligencia'', expresó el cubano. "Para mí, los
Marlins era otro equipo a derrotar. Los recuerdos son para otro momento''.
Luego de cuatro derrotas en fila contra los Marlins, los Gigantes lograron
despertar una ofensiva que no pudo hacer ni una sola carrera en los últimos
20 innings, cuando anotaron dos en el sexto capítulo ante los envíos
del dominicano Julián Tavárez.
En realidad, la suerte le fue adversa a Tavárez (8-10), quien venía
lanzando una verdadera joya hasta ese episodio, ya que no había permitido
hits y solamente un hombre le había llegado a primera con una
transferencia.
Sin embargo, un hit remolcador de Tom Goodwin y un doble de una carrera de
Jeff Kent le estropearon una bonita faena al quisqueyano, que aceptó otra
más en el séptimo por intermedio de otro batazo de dos bases de
David Bell.
''Fue una buena salida para mí, pero no siempre las cosas salen como
uno desea'', indicó Tavárez. ''A pesar de todo, cumplí mi
papel, aunque no tuve suficiente respaldo ofensivo'', se lamentó.
La derrota dejó a los Marlins con los deseos de conquistar una quinta
victoria al hilo, con lo cual hubieran empatado su mejor racha de la temporada,
establecida en un par de ocasiones entre el 5 y el 10 de mayo, y el 18 y el 22
de junio.
Además, los peces volvieron a caer a cuatro juegos por debajo de la
marca de .500 e iniciarán hoy una muy complicada serie como visitantes
contra los Dodgers de Los Angeles en el principio de una gira de seis partidos. |