¿Yunque
o martillo?
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - Pocas cosas le salen bien al Comité
Ejecutivo adscrito al Consejo de Ministros de Cuba, conocido por las siglas
CECN, que controla la implantación del llamado "perfeccionamiento
empresarial". Su plan anual prevee incorporar 282 nuevas empresas al
finalizar este año. Sin embargo, la realidad demuestra que están
atrapados en las redes de su propia metodología porque al concluir el mes
de junio apenas estaban aprobadas otras 103 entidades, que alcanzan un 36.4 por
ciento de su cumplimiento en el primer semestre del año.
Este sistema de gestión empresarial, que al parecer tuvo buenos
resultados al aplicarse en poco más de 70 empresas militares, productivas
y de servicios, estaba regido por la economía centralizada socialista. El
mismo contenía una buena dosis de ordeno y mando en su dirección,
obediencia absoluta en departamentos y personal subordinado, y tecnología
relativamente avanzada de la industria militar soviética que, como se
conoce, era mucho más moderna que la utilizada por el país eslavo
en las ramas civiles.
Para 1998 se extendió en la isla a unas tres mil entidades civiles
comprendidas en ambas ramas (producción y servicios), por decisión
de la máxima dirección política del país.
Hasta el presente los informes oficiales reportan a 321 empresas (10.7 por
ciento del total) comprendidas dentro del plan. Es decir, a cuatro años
de implantado el sistema, los resultados que alcanzaron las entidades son pobres
y enfrentan múltiples dificultades metodológicas y de control, en
oposición a la versión oficial.
Veamos algunas de las principales:
Solamente 873 de ellas (el 29 por ciento) tienen certificada la
contabilidad, condición necesaria pero no suficiente para pasar a las
siguientes etapas.
Hay una ausencia total en el control sistemático del presupuesto de
ingresos y gastos aprobados en el expediente. Tampoco se utilizan los datos
contables para supervisar el plan, empleándose otros mecanismos en la
medición de sus posibles logros.
De la misma manera se observa la falta de control periódico y
diferenciado a las empresas en perfeccionamiento, con relación al
cumplimiento de sus presupuestos, así como la falta de normas que rijan
los controles trimestrales en las entidades donde deben participar los órganos
superiores.
Como justificación, el gobierno argumenta que la aplicación de
este plan comenzó en un momento de grandes limitaciones materiales y
financieras. No dicen nada de las frecuentes y sistemáticas indisciplinas
que el Comité Ejecutivo está obligado a enfrentar en cada entidad
(sin poder utilizar el ordeno y mando de los militares) y la sensible ausencia
de inversionistas extranjeros en estas empresas para su modernización
que, en muchos casos, implica cambiar la tecnología instalada en su
totalidad.
Lo cierto es que quisieron actuar como martillo y sólo llegaron a
yunque. Los resultados que hasta el momento presenta el perfeccionamiento
empresarial en Cuba lo invalidan económicamente de principio a fin.
Sus creadores deben sentirse atados a una noria y se muestran temerosos a
salir de ella sin que los califiquen de ca... chazudos.
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