Llegó
el fast track
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - La aprobación de una ley que
otorga facultades especiales al presidente George W. Bush para negociar acuerdos
de integración con los países latinoamericanos para crear el área
de Libre Comercio de las Américas (ALCA) por el Senado estadounidense a
principios de agosto inicia una nueva etapa en el camino de la cooperación
económica y comercial en el continente. Esa decisión estuvo
precedida por una semejante de la Cámara de Representantes el 27 de
julio.
Con ello, la participación de los congresistas se reducirá a
aceptar o rechazar los pactos suscritos por Estados Unidos, sin poder
enmendarlos. Esto acelerará las negociaciones y la puesta en vigor de los
acuerdos relacionados con el ALCA. De ahí que se le conozca como fast
track, o vía rápida.
Según la Tercera Cumbre de las Américas, efectuada en la
ciudad de Québec, Canadá, en abril de 2001, donde estuvieron
representadas todas las naciones del continente con excepción de Cuba,
las negociaciones para crear el ALCA deberán concluir en 2005 y, por
consecuencia, quedará edificada el área de libre comercio mayor
del mundo, con un potencial de 800 millones de consumidores.
Un paso muy importante en la integración americana fue el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte, suscrito por Estados Unidos, México
y Canadá, que entró en vigor el 1 de enero de 1994, con los
objetivos fundamentales de eliminar los aranceles al comercio en un plazo
mutuamente convenido; reducir los impedimentos para el comercio en los
servicios; eliminar la mayoría de las restricciones a la inversión
extranjera entre los países signatarios; garantizar una adecuada protección
para la propiedad intelectual; ofrecer un acceso superior a las oportunidades de
compra del gobierno, no sólo de bienes, sino también de servicios,
y proveer un mecanismo eficaz de solución de disputas para la conciliación
o la determinación de medidas correctivas en caso de controversias sobre
derechos compensatorios y antidumpling, a través de arbitraje
internacional.
En América Latina la decisión del Congreso norteamericano fue
acogida generalmente con esperanza por los gobiernos. Chile, que ha avanzado
notablemente en las negociaciones, pudiera suscribir el acuerdo de integración
antes de que finalice el presente año. Naciones centroamericanas podrían
seguir sus pasos a continuación.
Indudablemente, el Tratado de Libre Comercio constituye la plataforma que
sirve de modelo para el ALCA. En un mundo cada día más globalizado
no existe otra alternativa que los procesos integracionistas. En realidad, los
mismos conllevan retos y peligros para los pueblos, que deberán ser
enfrentados en las negociaciones. Pero al mismo tiempo, quedar al margen resulta
un suicidio para cualquier país.
Cuando culminen los acuerdos del ALCA, en el continente se acelerará
el derribo de las barreras comerciales, y la nación que no participe
quedará absolutamente aislada. Sus productos de exportación tendrán
que pagar derechos de entrada a los país, obstáculo que no tendrán
los competidores miembros del acuerdo.
Asimismo, con la supresión de las restricciones a la inversión
externa entre los signatarios, la nación que permanezca aislada estará
en una posición muy difícil.
La vida está demostrando que el país que no participe en este
tipo de acuerdo no sólo se mantendrá apartado regionalmente, sino
también tendrá serias dificultades en sus vínculos con el
resto del mundo. No es casual que la Unión Europea haya firmado un
acuerdo de libre comercio con México en 2000 y otro con Chile en mayo de
2002.
México ya se encuentra inmerso en el proceso de integración
continental, y Chile cuenta con las mayores posibilidades para continuar ese
camino, por lo que están en proceso de contar tanto con sus mercados
nacionales como con la perspectiva de que los productos elaborados en sus
territorios puedan tener entrada libre a los ricos mercados de Estados Unidos y
Canadá.
Un caso de aislamiento es el de Cuba, cuyo gobierno totalitario se niega a
emprender reformas democráticas y participar junto a las demás
naciones del continente en los esfuerzos de integración y complementación
de sus economías. Este proceder depara al pueblo cubano un futuro
tenebroso.
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