La Piña:
reina sin trono
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - Funcionarios del gobierno de Cuba
afirman que el cultivo y recolección de la piña en el país
se recuperó de manera asombrosa, después de haberse extinguido prácticamente
por años. Sin embargo, el análisis estadístico
pormenorizado, imparcial, extensivo en el tiempo, y el testimonio de la época
prueban que el presente de la piña es aún incierto e impredecible
su futuro.
El año 1966 fue el período más oscuro de la también
llamada "reina de las frutas" (Granma, 19 julio de 2002). Su cosecha
apenas alcanzó los 32 mil quintales nacionalmente. Más adelante,
después de cinco años de grandes inversiones en el sector, nuevos
métodos de trabajo y técnicas de cultivo, introducción de
otras variedades de la fruta como la Cayena Lisa M-2, mejor organización
laboral y la aplicación de diferentes estructuras en la empresa (creación
de la corporación nacional), se logró cosechar 92 mil quintales
del cítrico en diciembre de 2001.
Estos funcionarios informan que en lo que va de 2002 (exactamente hasta el
30 de julio) se han acopiado alrededor de 59 mil quintales de piña.
Todo eso está muy bien, pero ¿cuáles fueron los
resultados de cosechas anteriores, como por ejemplo la de 1991, época
anterior al llamado período especial que no parece tener fin, y en la década
de los años 50 del siglo pasado?
Veamos por qué los medios de prensa controlados todos por el Partido
Comunista no tratan este asunto.
Sobre el mismo, Pedro, un residente de Ciego de Avila que lleva más
de 60 años dedicado a la siembra, cosecha y comercialización de la
piña, afirma con ganada autoridad:
"Preparar la tierra hasta obtener la primera cosecha requiere de muchos
cuidados. Se demora un mínimo de 12 meses en acopiar la fruta, luego de
haber sembrado la planta. El alistamiento del terreno implica fuertes
inversiones (en miles de dólares) por hectárea dedicada a este
cultivo. El gobierno de Fidel Castro tuvo en el año 1991 una cosecha récord
en su administración de 600 mil quintales. Nunca más pudo
repetirla. Es decir, 18.7 veces más que lo obtenido en la cosecha de 1996
y 6.5 veces superior a la cifra del año pasado. Por lo tanto, no deben
sentirse satisfechos con los resultados actuales. Después vino el período
especial y todo cambió. El abandono fue general. Muchos tuvimos que
dedicarnos a otros cultivos".
Pedro asegura que en los años 50 del siglo pasado el panorama era
diferente.
"Si nos remontamos a los cincuenta vemos que las recolecciones de la
'reina de las frutas', como le decimos por acá a la piña, no
bajaba del millón o de 1.2 millones de quintales anuales. Cantidades
suficientes para satisfacer nuestras necesidades en el mercado nacional y
mantener la cuota de exportación en el mercado estadounidense. Por
cierto, en aquella época nuestros vecinos del norte pagaban mejor el
quintal de piña que ahora Fidel Castro. No le miento, estos datos
aparecen en un boletín que se publicó hasta el año 1960. Aún
tengo en mi poder varios números".
Dicho esto, Pedro abrió su maletín de viaje y me enseñó
algunos ejemplares de El Cosechero, que primero se publicó
trimestralmente y después de modo semestral, el cual era editado por los
agricultores de Camagüey dedicados a diversos cultivos, entre ellos el de
la piña. Una edición modesta.
Las cifras expuestas en El Cosechero confirman la versión de este
campesino cubano. Le pedí a Pedro un ejemplar del boletín, pero él
se negó a dejármelo.
Un viejo refrán expresa: "Una cosa es tocar con violín, y
otra con guitarra". Quizás los apologistas del régimen de
Castro se sientan felices al creer que no mienten cuando limitan la verdad, pero
lo cierto es que estas prácticas los conducen a la misma falacia, sólo
que por medios más sutiles y vergonzosos.
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