Sería en noviembre, durante la Conferencia Mundial de Alimentación
(FAO), y a pesar de que las relaciones entre Cuba y el Vaticano se han
deteriorado mucho · La primera reunión entre ambos fue en Roma en
1996
Julio Algañaraz. Ciudad De Vaticano. Corresponsal.
Clarín digital, febrero
27, 2001.
El líder cubano Fidel Castro podría entrevistarse otra vez con
el Papa en noviembre próximo, si viene aquí para participar de una
Conferencia la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) que tendrá lugar ese mes a nivel de jefes de Estado y de gobierno,
dijeron fuentes diplomáticas a Clarín.
Pero si se concreta la audiencia en el estudio de la Biblioteca Pontificia
del Palacio Apostólico, donde Juan Pablo II recibe usualmente a las
personalidades del mundo que lo visitan, Fidel encontrará un Papa con el
seño fruncido por el deterioro registrado en las relaciones entre el régimen
de La Habana y la Iglesia Católica.
La oportunidad para el probable viaje de Castro es la asamblea de la FAO que
debe examinar, cinco años después de la reunión cumbre de
noviembre de 1996, el fracaso de las metas que se fijaron entonces: reducir a la
mitad el escandaloso nivel de 840 millones de personas con hambre en el mundo.
La Conferencia debería fijarse nuevas metas. Todas las asambleas
mundiales de los últimos treinta años no aliviaron la hambruna
creciente en el planeta por la escasa vocación de los gobiernos a donar
fondos y organizar seriamente programas multilaterales de alimentación
para los desposeídos.
En noviembre de 1996, numerosos líderes mundiales que participaron en
Roma de la reunión de la FAO aprovecharon para pedir una audiencia con el
Papa, entre ellos Fidel Castro. Abrió así el histórico
proceso de reconciliación del régimen comunista cubano con la
Iglesia Católica. El Papa visitó Cuba en enero de 1998.
Si Fidel vuelve a Roma y no pide una audiencia con el Papa, pondrá en
evidencia la existencia de una seria crisis en las relaciones con el mundo católico
y el propio pontífice. Lo mismo se puede decir de Juan Pablo II: si no
responde favorablemente a un pedido de audiencia, provocará una crisis
diplomática con Cuba.
No hay dudas de que tanto el encuentro con el Papa como el habitual
encuentro posterior con el "primer ministro" de Juan Pablo II, el
secretario de Estado, cardenal Antonio Sodano, estarán centrados esta vez
en las fricciones entre el gobierno comunista y la Iglesia Católica.
No es necesario acudir a fuentes diversificadas para examinar el creciente
disgusto del Vaticano. Basta leer los despachos de la agencia noticiosa Fides,
oficialmente dedicada a las misiones católicas en el mundo, pero en
realidad la más importante fuente vaticana de información. Fides
informó el 26 de enero último, por ejemplo, que las autoridades
oficiales cubanas prohibieron la presencia en las escuelas de alumnos que lleven
crucifijos, medallitas, escapularios o estampitas católicas. Ante las
protestas, el Ministerio de Educación respondió que el régimen
no está dispuesto a permitir que las expresiones religiosas "obstaculicen"
el trabajo político-ideológico sobre los alumnos.
A su vez, el Ministerio de Salud Pública cubano prohibió a los
médicos que prescriban recetas a sus pacientes que les permitan recibir
medicinas gratuitas a través de la Iglesia Católica.
En diciembre último, el gobierno hizo aprobar una ley que prevé
la suspensión de los títulos de estudio a los profesionales que
entran en un seminario o en una orden religiosa.
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