Clarín
digital, febrero 16, 2001.
De la Rúa reafirmó que él define la política
exterior · Fue una respuesta a los dirigentes que reclaman debatir el voto
sobre Cuba en la ONU · A ellos les reprochó también no haber
sido más duros con Castro
El presidente Fernando de la Rúa se disgustó ayer con los
dirigentes de la Alianza que presionan por una revisión del voto de
condena a Cuba, en la ONU, y reafirmó su potestad para definir la política
exterior del país.
De ese modo, De la Rúa rechazó la postura impulsada entre
otros por el jefe radical, Raúl Alfonsín, para que se habilite un ámbito
de discusión entre el Gobierno y los partidos de la Alianza para analizar
la postura que la Argentina asumirá este año sobre el caso cubano
en el Comité de Derechos Humanos de la ONU. Por el contrario, respaldó
al canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, quien insiste en que aún
no se decidió el sentido del voto.
Al mismo tiempo, el vocero presidencial, Ricardo Ostuni, aclaró que
el Ejecutivo recién fijará su posición cuando se conozca el
informe del Comité de Derechos Humanos sobre la situación cubana.
Ese organismo iniciará sus sesiones el 19 de marzo y casi con seguridad
serán presididas por el delegado argentino, Leandro Despouy. La
candidatura del diplomático, de origen alfonsinista, recibiría
incluso el respaldo de la delegación cubana.
Durante una sorpresiva conferencia de prensa que ofreció ayer en la
Casa de Gobierno, De la Rúa envió un mensaje por elevación
hacia Alfonsín y el jefe del Frepaso, Chacho Alvarez. Les recriminó
no haber respondido con firmeza cuando Fidel Castro califico al Gobierno de "lamebotas
de los yanquis".
"Hubiera esperado de muchos declaraciones más contundentes en
defensa de nuestra querida Patria cuando fue agredida y ofendida", afirmó
el Presidente.
A De la Rúa le molestó la reacción de Alfonsín y
Alvarez cuando estalló el conflicto diplomático con Cuba. Les
atribuye que en lugar de cerrar filas para defenderlo frente al exabrupto del
presidente cubano, se ocuparon de reclamar que la Argentina modifique el voto de
condena por la abstención en el tema Cuba.
De todos modos, el Presidente se declaró conforme con el párrafo
referido al tema Cuba que los referentes del Gabinete y de la Alianza
introdujeron en el documento que acordaron en la reunión del miércoles
en la Jefatura de Gabinete.
"Estas manifestaciones son muy objetivas", dijo el Presidente y
enseguida afirmó: "Dijeron que deseaban información: no hay
inconveniente en darla a todos lo que la pidan".
En realidad, Alfonsín y Chacho habían acordado lanzar en esa
reunión una ofensiva para lograr que el Gobierno acceda a debatir la
postura sobre Cuba. Pero a último momento decidieron bajar el tono y se
conformaron con pedir informes ampliatorios a la Cancillería.
Por otro lado, las urgencias políticas determinaron que el grupo de
trabajo de la Alianza enfocara su atención sobre la investigación
del lavado de dinero y la situación del presidente del Banco Central,
Pedro Pou. Por ese motivo, el caso Cuba sólo se trató
tangencialmente.
Mientras tanto la escalada diplomática que se disparó con las
declaraciones de Castro ingresó en zona de calma. La Cancillería
no piensa en nuevas represalias, después de retener en el país al
embajador en Cuba y de suspender una misión comercial que iba a viajar a
La Habana.
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