Praga y La Habana negocian una salida diplomática para los dos
políticos checos detenidos
MAURICIO VICENT , La Habana.
El País. Viernes 2 febrero 2001 - Nº
1736
Los gobiernos de Praga y La Habana negocian desde hace días una
solución diplomática para el caso de los dos ciudadanos checos
detenidos en la isla el pasado 12 de enero después de reunirse con
disidentes. El presidente del Senado checo, Petr Pithart, se reunió esta
semana con altos funcionarios cubanos para discutir el asunto y dar fe de que el
diputado y ex ministro de Finanzas checo, Ivan Pilip, y su compañero Jan
Bubenik, acusados por las autoridades de la isla de "sostener contactos
subversivos con grupos contrarrevolucionarios", no son "agentes
norteamericanos".
Pithart viajó el lunes a la capital cubana invitado por Fidel Castro
después de que el 18 de enero le escribiera una carta al mandatario
interesándose por la situación de los dos detenidos. Durante su
estancia en la isla, el político checo se ha reunido con el ministro de
Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, así como con
delegaciones del Parlamento y del Ministerio de Justicia, y muy probablemente se
entrevistará con Castro antes de su partida. Pithart también ha
podido hablar con Pilip y Bubenik en el centro de detención de Villa
Marista, en presencia de un oficial del Ministerio del Interior y de un
traductor.
Hasta el momento muy poco ha trascendido sobre las negociaciones, aunque
fuentes checas señalan que el simple hecho de que se hayan producido
encuentros ya es un paso de avance. "Hemos hablado sobre derechos humanos y
sobre qué significan estas palabras para las autoridades", afirmó
Pithart en uno de los escasos encuentro con periodistas extranjeros que ha
tenido en La Habana. El parlamentario Ivan Pilip, de 36 años, y el ex líder
de la revolución de terciopelo Jan Bubenik, de 32, fueron detenidos el
pasado 12 de enero en Ciego de Avila, ciudad situada a unos 400 kilómetros
al este de La Habana, un día después de haberse reunido con dos
disidentes.
La Habana afirma que los dos checos entraron a la isla con visado de turista
y estaban operando bajo instrucciones de la organización estadounidense
Freedom House, conocida por su oposición al Gobierno de Fidel Castro.
Cuba en principio dijo que los dos hombres serían puestos a disposición
de los tribunales, pero la semana pasada ofreció implícitamente
poner fin al incidente si Praga acepta que ambos mantuvieron contactos "subversivos"
con opositores encaminados a promover una rebelión, se disculpa y apela a
la "generosidad" cubana.
El presidente Vaclav Havel, él mismo un ex disidente anticomunista,
ha descartado hasta ahora esta solución y ha condenado la detención
como una violación de los derechos humanos.
"Yo soy optimista. Mi marido es inocente y es muy importante que se
haya iniciado el diálogo a alto nivel", dijo a EL PAÍS en La
Habana la esposa de Pilip, Lucía Pilipova, quien ha encargado al
presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Eugenio
Gay, que lleve el caso. Según declaró desde Barcelona el abogado,
los dos checos no cometieron ningún delito, pues su único interés
era conocer la realidad cubana, tanto la oficial como la discrepante.
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