A cara o cruz, ¡no!
Ricardo González Alfonso
LA HABANA, 26 de septiembre - Hay noticias que, como las monedas, tienen dos
caras. Lo digo porque el periódico Granma, bajo el título: "Un
incidente drámatico e inoportuno", repartió recientemente
adjetivos a dos columnas, y una vez más, como en los cuentos para niños,
presentó al bueno y al malo.
El Bueno
En la primera página del periódico de marras, en su edición
del 21 de septiembre, al pronunciarse sobre el amarizaje forzoso de una
avioneta AN-2 el martes 19, comentó sobre el piloto: "A Angel Lenin
Iglesias Hernández no se le conocen antecedentes penales. Su
comportamiento en el trabajo fue correcto, y procede de una familia
revolucionaria. El propio nombre que le pusieron al nacer lo demuestra".
(Es Vox Populi que el parentezco viene por el comandante de la Sierra Maestra
Joel Iglesias).
El Malo
Continúa Granma: "Se le atribuye a su compañero de
escuela e íntimo amigo, Rodolfo Fuentes Fernández, hombre
corrompido, de dudosa moral y conducta, la influencia nociva que lo condujo a
tan irresponsable acción".
Buscando el canto de la moneda
Camilo José Cela sentenció: "Lo malo de quienes se creen
en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarla no aciertan
ni una".
Este reportero entrevistó en el municipio capitalino de Playa a tres
personas relacionadas de una forma u otra con Rodolfo Fuentes Fernández.
Sus testimonios muestran aristas que Granma omitió.
Una mirada entre la muerte y la vida
Gladys Mendoza Espinosa, de 60 años, es madre de Jacqueline Viera, de
28. La joven es una de las diez personas que participaron en el
vuelo-amarizaje-rescate.
La señora Mendoza reside en los altos de la vivienda marcada con el número
9201, en la calle 5ta.D. Cuando converso con ella se siente muy afligida. Piensa
que a su hija la van a devolver a Cuba. Yo le prometo algo, y parece
esperanzarse; pero no mucho. Su mirada aún anda distante de la vida, y
aunque con temor, declara: "Rodolfo es un padre ejemplar. ¿Y su
matrimonio con Liliana? ¡Unico!"
Y continúa: "Aunque él es ingeniero, trabajaba como
chofer en la embajada de Japón, y en mi opinión, su moral no es
dudosa, ni es corrompido ni tiene mala conducta. Yo lo conozco muy bien. ¡Figúrese,
los padres de Liliana, que están ahora de visita en los Estados Unidos,
viven en los bajos!"
Voy a mi casa y regreso poco después con la fotocopia de una página
WEB de "El Nuevo Herald", que informa que los nueve sobrevivientes no
serán devueltos. La mirada de Gladys Mendoza regresa a la vida.
Por favor, no diga mi nombre
Quien opta por el anonimato es una mujer de 38 años. La conozco, pues
visito cerca de su casa. Insisto que me autorice a revelar su identidad. El
miedo vence. La comprendo.
"Estudié con Fuentes en la Secundaria Básica "Angola",
ésa que está en la calle 98. Era un buen alumno. Su familia, por
lo menos en aquella época y hasta donde yo conocía, era
revolucionaria".
Ahora, más tranquila, como quien se arranca un susto del alma, añade:
"El periódico dice que Fuentes tiene 38 años, pero creo que
son 36. Ellos son cuatro hermanos. Rubén estudiaba en la Unión
Soviética; Ricardo se fue a México, para hacer una maestría,
pero ha pasado mucho tiempo y aún no ha vuelto, ¡ya tú
sabes!. Y en el 94 Rafael se fue en una balsa. Más nuna supe de ellos".
Y concluye: "A Fuentes muchos le decían "El Pibe",
porque él llamaba por "Pibe" a todo el mundo. Nos encontrábamos
por el barrio de vez en cuando. La última vez, no hace mucho, estaba
frente a su casa limpiando una guagüita (un Van). Yo no lo vi, y me dijo
sonriente: "Oye, ¿ya no saludas a las viejas amistades?"
Una opinión revolucionaria
En la calle 5ta.E vivía Rodolfo Fuentes Fernández, con Liliana
Ponzoa, de 36 años, y Andy, de 6, hijo de ambos. Yo deseo verificar si "sellaron"
su domicilio, o sea, si el gobierno ya lo confiscó. Me detengo ante una
residencia de dos plantas de color bambú claro y con el número
9420. Están pegados sendos sellos en la puerta principal y en la del
garaje. Me retiro, y, a unas pocas casas, escucho:
- "¿Es verdad que el de la avioneta era tremendo tipo?"
- "¡Qué va"! -dice una señora que conversa en
el portal con un joven- "¡Rodolfo era de lo más buena gente!"
- Disculpe -me excuso con la mujer- pero oí lo que hablaban.
Los dos se asustan, me identifico y pido a la señora que me conceda
una entrevista.
- "Sí, Rodolfo es una buena persona; pero mire, pregúntele
mejor a ella -y señala- a la que acaba de entrar allí, es tremenda
"come-candela", usted verá lo que le dice".
En Cuba todos sabemos que "come-candela" es el sinónimo
popular de incondicional al régimen, y fui en busca de una opinión
diferente para balancear los criterios.
La "come-candela" no sabía qué es un periodista
independiente. Se lo explico. Me mira sorprendida, pero me invita a pasar y me
pide: "No diga mi nombre. Escriba que soy una mujer de 45 años, que
se considera revolucionaria y que está integrada".
Con un gesto suave indica que me siente, y expresa: "Eso de moral
dudosa es un término muy ambiguo. No sé qué razón
tendrán para decirlo. Pero lo que yo conozco de Rodolfo es que siempre ha
sido un buen vecino. Se relacionaba con todo el mundo. Si alguien lo necesitaba,
él lo servía. Su hijo, Andy, jugaba mucho con el mío".
Entonces precisa: "Incluso Rodolfo participaba en algunas actividades
del CDR (Comité de Defensa de la Revolución); aunque yo sabía
que no simpatizaba con la revolución porque su esposa se había
apuntado en cuanto "Bombo" (sorteo de visas) salía. Y eso que
elos estaban bien. Usted vió donde vivían, ¿no?".
Asiento con la cabeza, y mi entrevistada prosigue: "Y tenían un Lada
rojo que estaba nuevo". Después de una pausa larga, añade: "La
verdad, nunca imaginé que se fueran de una forma así".
Al despedirme, la "come-candela" me estrechó la mano.
Una conclusión inconclusa
Sí, algunas noticias son como las monedas: Las hay auténticas
y falsas. Los hombres somos diferentes. Nadie es de oro ni de plomo. Así
que Rodolfo Fuentes Fernández tendrá sus defectos, sólo que
nadie me los reveló.
Releo el par de columnas del Granma, recuerdo la sentencia de Camilo Cela, y
me pregunto: ¿Para qué inventar arquetipos del mal o del bien?
Y ahora, como dice un periodista de la televisión cubana, "Saque
usted sus propias conclusiones".
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