Curso escolar comienza preñado de dificultades
LA HABANA, septiembre (Jesús Zúñiga) - A medida que crece el consenso nacional e internacional sobre la necesidad del cambio político y económico en Cuba, el gobierno de la Isla intenta justificar la lentitud de sus medidas económicas y el no realizar
cambios políticos con el pretexto, entre otros, de salvaguardar el desarrollo alcanzado en el campo de la educación.
Antier, el presidente del independiente Colegio de Pedagogos de Cuba aseveró que "el inicio del nuevo curso escolar 2000-2001 comenzó preñado de grandes dificultades".
Enumerando un amplio rosario de problemas que "en nada se diferencian de los cursos anteriores", el Lic. De Miranda citó "la entrega en las escuelas de sólo el 50 por ciento del material escolar, así como de libros deteriorados para que los padres los arreglen".
El profesor disidente catalogó de inconcebible la actitud del Estado cubano, que "gastó millones de dólares dilapidando recursos en pinturas, telas y propagandas durante los meses en que duró el caso de Elián González Brotons y ahora los maestros no
tienen ni cartulina para mostrar las figuras geométricas a sus educandos".
De acuerdo con datos oficiales, las provincias Ciudad de La Habana y Habana representan el 20 por ciento de los estudiantes de toda la Isla. Según Roberto de Miranda, en el presente curso muchas instalaciones escolares presentan sus puertas, ventanas y techos "en malas condiciones
por falta de mantenimiento".
Históricamente la educación en Cuba tuvo un desarrollo acelerado. Entre mayo de 1902 y enero de 1959 se alcanzaron en este campo resultados importantes y significativos que fueron la base de los cambios posteriores. La Constitución reconoció la enseñanza laica
y obligatoria hasta el sexto grado para los niños de 6 a 14 años; la escuela pública era gratuita; en la escuela primaria además de las asignaturas generales se impartía educación física, música y artes manuales por maestros debidamente
preparados.
Los maestros y pedagogos cubanos constituían uno de los sectores sociales más activos políticamente. Estuvieron presentes como fuerza cívica influyente en los momentos históricos en que había que defender los derechos civiles y constitucionales de los
cubanos.
Para Juan Carlos Follo, "enseñaban a pensar". El joven disidente del Colegio de Pedagogos asegura que "los maestros populares (periodistas, arquitectos, ingenieros y otros profesionales que sin preparación ni motivación adecuada, sólo por su militancia
política comunista, han sido llevados a impartir clases por la falta de profesores que "desertan" de las aulas) son el anti logro de los manoseados avances de la educación en Cuba".
El fracaso de la revolución en el terreno de la educación se hace manifiesto en la relación instrucción-información. Especialistas aquí aseguran que el sistema de educación cubano no entrena al educando en la búsqueda de información
ni lo adiestra en cómo orientarse para acceder a fuentes de información más variadas y complejas.
La pérdida de valores éticos y morales de la educación en Cuba está provocando la deformación de los adolescentes que no tienen motivación para sus estudios, señaló el opositor político Leonardo Bruzón Avila, líder del
ilegal Movimiento 24 de Febrero.
De acuerdo con Bruzón Avila, "el gobernante cubano Fidel Castro estaría dirigiendo personalmente el sistema de educación en la Isla".
"Está preocupado por los problemas existentes sobre todo en la capital", concluyó el disidente.
Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
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