Pregoneros oficiales
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, 30 de enero - Hace unos días el señor Nicanor León Cotayo, en un artículo en el periódico Granma muy repetido por otros medios de prensa nacionales, dijo que con el caso Elián González la Fundación Nacional Cubano Americana
(FNCA) se había terminado en suciedad política y moralmente.
Ya lo saben, si vuelven a oír de la FNCA como un organismo vivo y en plena actividad no es cierto porque el León Cotayo con cuatro teclazos de su máquina de escribir o de su computadora decretó su terminación a través del suicidio.
Por su parte Tubal Páez, presidente de la gubernamental Unión de Periodistas y Escritores de Cuba (UPEC), expresó públicamente a través de la televisión su preocupación porque el niño Elián González vive en Miami y en una casa
pequeña.
Qué lástima que este señor no muestre la misma preocupación, no ya por los muchos niños que en nuestro país viven en casas pequeñas, sino por aquéllos que habitan en infernales cuarterías y en barrios insalubres o por aquellos pequeños
que son desalojados de sus humildísimas viviendas porque llenos de imperiosa necesidad sus padres han tenido que levantarlas como les ha sido posible y sin autorización gubernamental.
Estos dos señores, León Cotayo y Tubal Páez, son los dos reporteros oficialistas que de manera más alevosa e injusta atacan a los periodistas independientes cubanos. Ellos cumplen a cabalidad su rol de pregoneros del Partido Comunista de Cuba y de trompetas reales.
Pero lo más lamentable es que parece que ellos saben que están en el lado equivocado, pues no hay que ser muy inteligente para comprender que las mismas personas en el poder político durante decenios causan incontables perjuicios a un país y convierten a la nación
en una especie de feudo particular donde nada más que tienen posibilidades ciudadanas, y siempre hasta cierto límite, los que apoyan al régimen.
Es cierto que los que se ponen en función de las castas totalitarias obtienen dádivas, pero el talento, si lo tienen, deben ponerlo a dormir para evitar riesgos. Pero, además, en cualquier momento, y esto es una constante, pueden pasar al saco de los que ya no son
necesarios o han pecado y entonces se sumergen en el oscuro mundo de los vivos olvidados o de los muertos innombrables.
Al final, aunque de momento sientas de muchas formas voces que te digan que la mejor manera de vivir es estar hacia donde gravita el poder, el tiempo pertenece a los que quedan bien con la verdad, con su semejante y consigo mismo aunque no sepas cuándo puedas dejar de dormir en tu propia
cama.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente.
|