Se importan frutas tropicales para turistas extranjeros
Reynaldo Cosano Alén
LA HABANA, 27 de enero - De la dieta del cubano ha quedado excluido casi por completo las frutas y hortalizas, elementos básicos de la alimentación y salud.
El mal manejo de la agricultura, la aniquilación de prósperas empresas agroindustriales de antaño, y el éxodo masivo de campesinos a las ciudades como becarios o para integrar las fuerzas armadas, con la consiguiente pérdida de fuerza laboral y cultura
agraria, están entre las causas del desastre agrícola del país.
Pero también el gigantismo con planes tan grandes como ilusorios que terminaron en estruendosos fracasos, tan costosos a la nación, como la jamás lograda Zafra de los Diez Millones de Toneladas de Azúcar, el Cordón Agrícola de La Habana, o la Brigada
Macanizada de Bulldózers Che Guevara, que arrasó con fincas y cultivos, y con la flora y fauna autóctonas. Lo que la naturaleza demoró cientos de miles de años en crear, de un soplo fue irremediablemente destruido.
Aquellas tempestades trajeron estas otras tempestades de hoy.
Tan crítico es el problema agrícola que el gobierno está obligado a comprar en el extranjero el 45 por ciento de la pulpa de frutas para la producción nacional de compotas, destinadas a la venta muy restringida para niños muy pequeños.
Por su parte, el director de la Empresa de Frutas Selectas, Emilio Delgado Mena, explicó que tienen que hacer costosas inversiones de recursos en divisas para adquirir en otros países frutas frescas, verduras para satisfacer parte de la demanda que requiere el turismo extranjero.
Ejemplo elocuente del grado de deforestación y abandono de fincas y frutales está dado en que sólo el pasado año Cuba importó de Chile ¡once toneladas de piña! (o ananás). Verdadero colmo del desbarajuste del país, a sabiendas que la
piña es oriunda de Cuba.
No sólo la piña. También en igual período se trajo al país con destino al turismo foráneo, diez toneladas y media de aguacate, planta que se da silvestre en nuestro medio natural.
Plantas de mango sembradas hace setenta años, producen apenas treinta libras anuales, cuando el promedio por mata es de 200 libras por año.
Frutas autóctonas como el anón, chirimoya, guanábana, canistel, pomarrosa, marañón, nispero, entre otras, resultan casi una rareza, al extremo que los más jóvenes ni siquiera las conocen. Todas amenazadas de extinción, al igual que el mango
Bizcochuelo, Toledo o Moro y hasta las nativas guayabas y frutabombas (papaya). Ya desapareció para siempre una variedad cubana de plátano fruta, el manzano.
El previsto aumento del turismo extranjero en la próxima década hará más crítica la situación, pues requerirá un desembolso mayor de divisas. El país es incapaz de producir lo necesario por la incapacidad y freno al desarrollo que impone
su propio gobierno.
Así, la gestión comercializadora que destina al turismo llegado del exterior tres mil 500 toneladas anuales de la producción nacional, espera llegar a la cantidad de 23 mil toneladas en el año 2010. Cifra de la cual el 70 por ciento agrícola es impuesto
producirlo al sector cooperativista-semi estatal y al privado. Los cítricos son de absoluto monopolio estatal.
Se requeriría de mucha poda, injerto, resiembra, fomento de fincas frutales, para obtener los resultados apetecidos, sin olvidar que el ciclo natural productivo no se puede violentar al antojo de los deseos de alguien.
Observemos que las cifras están referidas esencialmente a un renglón agrícola: las frutas. Y con destino al turista extranjero; porque para el pueblo, al parecer, ni siquiera existe la utopía de las cifras.
El principal obstáculo al desarrollo lo es el propio gobierno intransigente en política y economía que no quiere soltar amarras.
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