San Francisco de Sales, patrono de los periodistas
Rev. Pedro Crespo Jiménez, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, enero - El día 24 de enero celebramos la fiesta de San Francisco de Sales, patrono de los escritores y periodistas. A través de sus escritos, el santo supo llevar a muchas personas la paz y la dulzura de su vida, orientar el camino verdadero a través de muchas
dificultades del diario vivir.
A mediados del siglo pasado, conversaba el Papa Pío XII con un grupo de cronistas deportivos, y les preguntó cómo ellos podían narrar con tanta facilidad lo que pasaba tan de prisa. Uno de ellos contestó: "Bueno, Santidad, muchas veces la imaginación
completa lo que no puede nuestra vista". Pío XII se puso muy serio y le dijo que el quehacer del reportero era decir con fidelidad la verdad del hecho. El Papa presentaba en aquella ocasión la esencia de la vocación del periodista: transmitir la realidad de los hechos con
toda la autenticidad posible.
Suelen decir que escritor es aquella persona que ve más que los demás. Es decir, aquél que por sus cualidades tiene la posibilidad de observar o descubrir o ser testigo de algo que la mayoría no capta. Y siente la necesidad y el deber imperante de difundirlo y
compartirlo para bien de todos. Las cualidades esenciales son un amasijo de inteligencia, observación, serenidad, valentía, un perpetuo y suave sentido del humor, silencio interior, comprensión y una capacidad de asombro casi infantil.
Todo esto le acerca a la verdad. Esa verdad del acontecer diario, que cada mañana buscamos en la prensa escrita o radial y que para todos es tan importante.
La información debe ser buscada y descubierta con auténtica veracidad. Un hecho o una frase pueden ser tergiversados o manipulados, en dependencia de intereses espúreos o francamente falsos.
La verdad debe resplandecer en la información que se transmite. El artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos defiende la libertad de opinión y de expresión; el derecho de investigar y recibir información y de difundirla sin límites de
fronteras, por cualquier medio de expresión.
Por tanto, los deberes del periodista son: buscar, exponer y difundir los hechos relacionados con la vida pública. Debe siempre, sin embargo, respetar las leyes morales y los derechos de la persona humana.
Debe también estar atento a la manera como se obtiene la noticia. Puede ser inmoral si profana el secreto de la intimidad personal o se vale de engaño o soborno para obtener la noticia.
Todo esto nos está diciendo que el objetivo de toda información es formar, consolidar y promover la opinión pública.
También la autoridad civil tiene su tarea. Dice el Vaticano II: "Debe defender y asegurar la verdadera y justa libertad de información, que la sociedad actual necesita absolutamente para su provecho, sobre todo en lo que atañe a la prensa".
¡Ojalá que los periodistas sepamos hacer la verdad "dulce, tierna y accesible" para bien de todos.
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