Réquiem para la vieja Terminal de Trenes
Rodolfo Damian, Cuba Press
MATANZAS, enero - Lo que pudo convertirse en el único sello de construcción al estilo holandés en la tan neoclásica ciudad de Matanzas, la vieja Terminal de Trenes, es muy probable que dentro de poco no se sepa lo que fue.
Ese edificio raro en Cuba, que a pesar de su lamentable estado, todavía es motivo de interés para los turistas que logran encontrarla a su paso, no ha recibido la atención y cuidados que merece.
Construida en 1870, con su asombroso techo a dos aguas, continuamos preguntándonos qué razones y objetivos tuvieron los constructores de esa terminal para no usar el medio punto ni la teja colonial; soportando desde aquel entonces ciclones, huracanes y los fuertes aguaceros del trópico.
Con propósitos no muy convincentes, se construyó otra terminal de trenes bastante alejada de la población, sin ningún elemento estético. Quedó esta vieja Terminal de Trenes al servicio de los ómnibus interprovinciales con un salón de
espera modernizado, que nada tiene que ver con su estilo, y casi siempre vacío. Un bar, garito de mala muerte, y lo peor de todo, una suciedad que campea por su respeto sin contar, por supuesto, con el ya clásico y acostumbrado basurero a un lado de ella, que pone la nota chic
surrealista a este casi olvidado lugar tan lleno de historia.
Hablamos hasta el agotamiento de conservar nuestra memoria al precio que sea, sin embargo la vieja Terminal de Trenes al parecer no entra en la categoría de interés turístico -léase entrada de dólares- por lo cual continuará desapareciendo hasta el día
que un especialista disponga que sea víctima de las fauces de los bulldozers arrasadores.
Pobre Terminal de Trenes. Réquiem in pax.
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