Violencia justificada
LA HABANA, 17 de enero (Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad) - De indisciplina fue catalogada por algunos trabajadores del Hospital Infantil Dr. Arturo Aballí, la actitud que tuvieron las personas que asistieron a la visita del pasado 8 de enero, pues al demorarse la entrada de ésta
por falta de fluido eléctrico abrieron una reja y penetraron en el hospital por la parte de atrás.
Lo anterior ocurrió ese día a las siete de la noche, horario en que ese centro asistencial, ubicado en la Calzada de Bejucal, aquí en la ciudad de La Habana, debe abrir sus puertas para quienes allí tienen niños ingresados y asistan a visitarlos o al relevo de
aquéllos que se han quedado durante todo el día con los pequeños enfermos.
A la hora que debía comenzar esa visita el hospital se encontraba oscuro por falta de fluido eléctrico, los que allí estaban esperando comenzaron a impacientarse al conocer por los trabajadores de ese lugar que la planta que debía funcionar en esos casos se había
quemado. Después de un buen rato se restableció el servicio de electricidad pero, entonces, no aparecía el custodio con la llave que dejaría libre el acceso al hospital.
Quienes esperaban emitieron varios comentarios acerca de la negligencia que acontecía, y se escucharon expresiones como: Quieren traer al que está allá (en referencia al disputado niño balsero Elián González), que no le falta nada, sin embargo no se
ocupan de arreglar estas cosas que afectan a los niños que están aquí.
Momentos más tarde estas personas dieron la vuelta y abrieron una reja que se encuentra en la parte posterior del hospital y, de forma violenta, entraron al mismo, no sin antes enfrentar a algunos trabajadores que trataban de impedir el desorden.
No obstante, las escaleras que conducen a los diferentes pisos continuaban oscuras a falta de bombillos eléctricos por lo cual las personas al subir tropezaban constantemente.
Otra protesta también se originó cuando el personal del hospital quiso terminar la visita en el tiempo reglamentario, a lo que los padres y familiares de los niños argumentaron que no, pues prácticamente habían acabado de llegar donde estaban los pequeños
enfermos.
A pesar de todo, ni las malas caras ni las presiones de las enfermeras pudieron lograr la salida de los visitantes por lo que fue la policía quien tuvo que ir a despejar las salas.
Inspectores de la Empresa Eléctrica que trabajan la zona donde está ubicado ese hospital manifestaron a Cuba-Verdad que la planta eléctrica de ese centro hospitalario viene confrontando problemas desde hace años.
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