¿Será arrancado Eliancito del sufrimiento estoico y del recuerdo de su madre?
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, enero - La imagen del niño Elián González con su mochila de escuela a cuestas, sonriente, a la salida de su nueva casa en Miami apareció este jueves 6 de enero en la televisión de Cuba. Hasta ese momento los cubanos en la isla sólo habían
podido ver en la pequeña pantalla a un Eliancito triste o asustado.
Parece que la decisión del gobierno de Bill Clinton de retornar a Cuba al pequeño náufrago del Día de Acción de Gracias, ha contribuido a que la censura de prensa del régimen de La Habana en torno al caso tuviera ese desliz. Pero de ese resbalón
no creo que se vaya a pasar.
El lance es muy importante para Fidel Castro y, aunque está por ver que se materialice la devolución de Elián, la administración estadounidense le está otorgando una victoria política al comunismo antillano.
Desde el preciso momento en que Castro dio un ultimátum de tres días al gobierno de Estados Unidos para que Elián González fuera devuelto, ese pequeño balsero dejó de ser en gran medida un niño reclamado por su padre para desdichadamente
convertirse en una pieza política.
Nunca he podido comprender por qué los gobiernos demócratas en Estados Unidos no le aceptan los desafíos a Fidel Castro. Personas como el gobernante de Cuba sólo entienden su propio lenguaje.
Si la victoria de un equipo de pelota nacional sobre su similar de Baltimore el año pasado trajo consigo una descomunal propaganda gubernamental, ya se puede obtener una idea del significado que el régimen de Cuba le dará a la devolución del niño balsero.
Intuyo además que será traumático el retorno de Eliancito a Cuba. Es de suponer que entre otras cosas será sometido a un proceso de "desgusanización" para que luego reitere su juramento de fidelidad al comunismo.
Y eso no sería nada extraño. El 9 de octubre del pasado año, en plazas y escuelas, miles de niños juraron ser como el Che mientras que le colocaban una pañoleta al cuello. Y esa escena se ha repetido durante años, porque a los niños en Cuba se
les somete desde muy corta edad a un permanente adoctrinamiento político.
Claro que eso no funciona de manera óptima, pues muchos de esos niños cuando son jóvenes o adultos abandonan las "bondades del socialismo", salen de Cuba, pero no para incorporarse a una guerrilla marxista, sino para domiciliarse en cualquier país
capitalista que los acoja. Pero de todas formas el adoctrinamiento político de los niños es algo inhumano.
Si en definitiva Elián es retornado a Cuba su padre lo "tendrá", pero él habrá sido arrancado del sufrimiento estoico y del recuerdo de su madre y se le habrá prohibido tener la oportunidad de desarrollar su vida en libertad.
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