CUBANET ...INDEPENDIENTE

7 de enero, 2000



Los cubanos rescatan sus tradiciones

Mario J. Viera González, Cuba Voz

LA HABANA, 6 de enero - Los pueblos son celosos de sus tradiciones. No hay fuerza externa o artificial capaz de destruir las culturas nacionales ni las manifestaciones folklóricas de una comunidad humana integrada en sociedad. Es falsa la tesis de que la globalización imponga una cultura universal hegemónica, que ahogue las manifestaciones culturales particulares. Cuba es una prueba categórica de esta afirmación.

La locura marxista-leninista que nos importó una falange victoriosa trató por todos los medios de destruir, o al menos desvirtuar, las tradiciones que los cubanos habíamos heredado de nuestros progenitores hispánicos, y que habían adquirido un signo distintivo de cubanidad en el crisol racial que posibilitó nuestra insularidad.

Cuarenta años no fueron suficientes para dejar en el olvido completo a nuestras tradiciones.

Como nación de estirpe ibérica en Cuba se forjaron tradiciones nacidas del cristianismo católico. Contra esas tradiciones el comunismo lanzó sus principales ataques. Con el objetivo de suprimir el sentimiento religioso de la población, el gobierno presidido por Fidel Castro quiso borrar por decreto festividades muy arraigadas pero que tenían un origen cristiano. Así fueron suspendidas las Navidades y sus manifestaciones folklóricas como la Nochebuena, los arbolitos navideños de origen germánico pero llegados por una vía de influencia norteamericana, y las fiestas de los Reyes Magos, y otras festividades, unas de carácter religioso como la Semana Santa y otras de contenido cívico como la conmemoración de la fundación de la República el 20 de mayo de cada año.

Sin embargo, bastó sólo una ligera flexibilización dentro de la ortodoxa rigidez comunista, para que por la brecha abierta brotaran con fuerza de surtidor las festividades que parecían olvidadas o ignoradas por las nuevas generaciones de cubanos. En esta tercera Navidad declarada como día feriado con motivo de la visita del Papa, el entusiasmo navideño hacía recordar aquél de los años pre revolucionarios. La Nochebuena volvió de nuevo a los hogares de muchísimos cubanos el 24 de diciembre. Con su lechón asado, su yuca con mojo, sus frijoles negros, sus licores e incluso algún que otro turrón español a precio de dólares. Aunque faltaron los higos y los dátiles, y las nueces y avellanas.

Pocas fueron las casas donde los antes estigmatizados arbolitos de Navidad no tintilearon con sus luces multicolores, adquiridos en las tiendas gubernamentales que operan con divisas, principalmente con el dólar estadounidense. La clandestinidad de la Nochebuena y de los arbolitos navideños acompañados de los dioramas del pesebre de Belén había concluido definitivamente, y al mismo tiempo la concurrencia a los templos católicos para participar en la nocturna Misa del Gallo llenó de asombro hasta a los mismos sacerdotes que la oficiaban.

El 31 de diciembre volvió a ser una fiesta de despedida de año más que de saludo al día del triunfo revolucionario. Los baldes de agua arrojados a la calle de nuevo decían adiós al año que moría, otra tradición muy cubana que tímidamente comenzaba a renacer. Pero la verdadera ave Fénix de estos tiempos es el retorno de los tres generosos Reyes Magos, y su regreso a la maravilla de la fantasía infantil que bajo el árbol navideño le prendía una cartica y a la puerta de la casa le dejaban un bultico de yerba fresca para alimentar a los camellos de los bondadosos Gaspar, Melchor y Baltazar. Aquellos fabulosos sabios orientales que poco antes del inicio de nuestra era cristiana fueron a Belén llevando obsequios al niño nacido en una gruta.

El 5 de enero las tiendas que venden juguetes en dólares, muchos fabricados en el país, se vieron colmadas de padres entusiasmados que adquirían los presentes que sus hijos a la mañana siguiente recibirían como regalo de los míticos reyes orientales. Aún no en todos los hogares entrarán Melchor, Gaspar y Baltazar, pero ya encontraron de nuevo el camino que conduce a esta Isla donde sus gobernantes les habían cerrado las puertas. El próximo año serán más los hogares donde sus niños experimenten la alegría y la sorpresa de la visita nocturna de los Reyes Magos. Ya ganamos que el 25 de diciembre sea un día feriado. Ahora, hay que ganar que el 6 de enero, la Epifanía del Señor, el Día de los Reyes Magos, sea declarado de receso escolar.

No hay forma posible capaz de destruir las tradiciones populares. Sólo con la desaparición de todo un pueblo pueden desaparecer sus tradiciones. Los cubanos, a contrapelo de los comunistas, están rescatando todas sus tradiciones.



CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

SECCIONES

NOTICIAS
...Prensa Independiente
...Prensa Internacional
...Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
...Inglés
...Alemán
...Francés

SOCIEDAD CIVIL
...Introducción
...Cooperativas Agrícolas
...Movimiento Sindical
...Bibliotecas
...MLC
...Fraternidad de Ciegos
...Seguidores de Cristo
...Estudios Sociales
...Ayuno

DEL LECTOR
...Cartas
...Debate
...Opinión

BUSQUEDAS
...Archivos
...Búsquedas
...Documentos
...Enlaces

CULTURA
...Artes Plásticas
...Fotos de Cuba
...Anillas de Tabaco

CUBANET
...Semanario
...Quiénes Somos
...Informe 1998
...Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887