Perfeccionamiento demorado y contabilidad poco confiable
Lic. Oscar Espinosa Chepe, Cuba Press
LA HABANA, 5 de enero - Un informe sobre los resultados económicos de 1999 y el plan para el 2000 fue presentado en el IV Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 20 de diciembre, por José Luis Rodríguez, vicepresidente del Consejo
de Estado y ministro de Economía y Planificación.
Aunque en el informe existe una considerable variedad de temas sobre los que podría reflexionarse, resaltan los datos brindados acerca del estado del Programa de Perfeccionamiento Empresarial. Este, iniciado en agosto de 1998 mediante el Decreto Ley No. 187, aprobó sus bases
generales y dio comienzo a los trabajos en 95 importantes empresas, las cuales tenían que vencer una serie de etapas y demostrar poseer todas las condiciones para poder aplicar el nuevo sistema.
Llama la atención que a pesar de haber ya 891 entidades en este proceso, aproximadamente el 30 por ciento de todas las que deberán transitarlo, sólo 5 han alcanzado los parámetros exigidos para iniciarse en este mecanismo de gestión, de acuerdo a lo informado
por el Ministro.
Contar con una contabilidad confiable es uno de los elementos requeridos con mayor fuerza; cuestión elemental en cualquier parte del mundo, sin la cual resulta imposible medir la efectividad económica y por consiguiente dirigir eficientemente cualquier centro productivo o de
servicios.
Sin embargo, según este informe, únicamente 125 empresas tienen el aval correspondiente a una contabilidad confiable. El 21, 8 por ciento del total. Ello muestra un panorama muy deprimente de la situación por la que atraviesan las entidades principales de la economía
del país.
A esto se agrega la inexistencia de una tasa de cambio real del peso frente a las divisas extranjeras para las operaciones comerciales, que absurdamente se mantiene a razón de un peso equivalente a un dólar, mientras en las casas de cambio estatales las transacciones se realizan
con una tasa oscilante de alrededor de 21 pesos por un dólar. Esta circunstancia también distorsiona la contabilidad al estar obligadas las empresas a operar con las dos monedas, y hace que los cálculos y estimados basados en sus datos sean poco confiables, lo que incluso es
reconocido por altos funcionarios gubernamentales.
La influencia negativa de tal situación no sólo crea problemas a nivel de las empresas. Como se conoce, las cifras macroeconómicas no son más que agregados, siempre basados en las informaciones provenientes de la microeconomía, y si éstas son
deficientes, la consistencia de los índices globales por carácter transitivo también lo son, brindando una imagen deformada e incierta de la economía cubana, poco propicia para la toma de decisiones sobre su desarrollo futuro.
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