MADRID. Elena Mohíno. ABC. Miércoles 23 de agosto de 2000.
«Carmen», ópera de cuatro actos de Bizet y obra homónima del novelista francés Mérimée, ha sido objeto de múltiples adaptaciones tanto coreográficas como cinematográficas -recuérdese la de Saura-, pero quizá una de
las más célebres es la versión de Alberto Alonso, con la que tantos éxitos cosechó la ya mítica figura de la danza Alicia Alonso en su etapa profesional como bailarina, en la que se convirtió en uno de sus grandes personajes.
El Ballet Nacional de Cuba, una de las más prestigiosas compañías del mundo, que trabaja a ritmo vertiginoso bajo la dirección de la Alonso, repone, desde esta noche y hasta el día 27 en el teatro Albéniz, este espectáculo. «Carmen» es
encarnada en esta ocasión por Lorna Feijoó, Alihaydée Carreño y Galina Álvarez, tres de sus más brillantes seguidoras, que subirán a escena dos noches cada una, y que contará con los también primeros bailarines Víctor Gilí,
Osmay Molina, Óscar Torrado, Vladimir Álvarez y José Zamorano.
REPOSICIÓN EMBLEMÁTICA
Se trata de un reestreno histórico, debido a su larga ausencia en los escenarios españoles, que, previsiblemente, atraerá la atención del público entusiasta de la danza, parte del cual gozó en el pasado con la interpretación de Carmen por parte de
Alicia Alonso, pero, asimismo, del más joven, quizá no entendido, pero ávido del dinamismo y el expresionismo que definen esta coreografía.
Sin lugar a dudas, la Alonso ha marcado una tradición escénica con su visión de «Carmen». La representación del Ballet Nacional de Cuba ansía revelar las contradicciones esenciales entre la personalidad rebelde de Carmen y las fuerzas y el
costumbrismo de su época, resaltados por el resto de los personajes, que forman una sociedad que, debido a los cánones y prejuicios que la caracterizan, juzga y niega a la protagonista, una gitana, hermosa y sensual, que tendrá un final fatal.
Tras «Carmen», el Ballet de Alicia Alonso descorrerá el telón del Albéniz para presentar «Cóppelia», una de las más famosas obras del repertorio tradicional del ballet, y el estreno de «Tierra y Luna», inspirado en la producción
poética de García Lorca.
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