Luis Pazos. Publicado el jueves, 17 de agosto de 2000 en El Nuevo Herald
México D.F. -- Fidel Castro advirtió a México que Estados Unidos trata de anexarse nuestro territorio a través del Tratado de Libre Comercio (TLC) y nos recomendó distanciarnos comercialmente de ese país.
Esa declaración es contradictoria, pues mientras por un lado critica el TLC con los Estados Unidos, por otro culpa de la miseria en que viven millones de cubanos al "bloqueo'' comercial de Estados Unidos a Cuba, o sea, a la prohibición a las empresas norteamericanas de vender
y comprar a Cuba.
Si para Castro el comercio con Estados Unidos implica anexión y sumisión, ¿por qué se queja del bloqueo comercial de los norteamericanos? ¿México estaría mejor sin comercio con Estados Unidos, como actualmente lo está Cuba?
Castro se sentía más cómodo con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y un entorno de dictadura de partido que con una verdadera democracia en México, a pesar de que el presidente electo de México ya lo visitó y externó que mejorará
las relaciones con la isla --aunque Fox en una reciente visita a Chile dijo que le gustaría ver democracia y más mercado en Cuba.
Al marrullero dictador cubano le preocupa verse rodeado por democracias y su problema se agravará si ganan los republicanos en los Estados Unidos, quienes le tienen menos contemplaciones que los demócratas.
Castro es un gran manipulador y deformador de los hechos sociales. Muchas veces ha logrado presentar sus fallas como triunfos, como en el caso de Elian González, símbolo de los miles de cubanos que han perdido familiares en el afán por salir de la isla.
Castro transformó un ejemplo de su fracaso económico y de la ausencia de libertades en Cuba --los "balseros''-- en un teatro de seudonacionalismo contra los Estados Unidos. Esa posición es parecida a la de los que en México culpan a los vecinos del norte de los
millones de mexicanos que van a buscar trabajo a ese país.
Al marrullero dictador cubano le preocupa verse rodeado por democracias y su problema se agravará si ganan los republicanos en los Estados Unidos, quienes le tienen menos contemplaciones que los demócratas.
El comentario de Castro sobre el Tratado de Libre Comercio "[n]o tiene ninguna correspondencia con la realidad ni la actualidad'', expresó Vicente Fox, quien considera al TLC como una oportunidad para Iberoamérica.
Ojalá el viejo dictador, con más de 40 años en el poder, se dé cuenta de que la retórica del enfrentamiento de clases y el echarle la culpa de todos los problemas internos de su país al imperialismo es obsoleta.
Castro, más que seguir diciéndoles a otros países qué relaciones deben mantener con los norteamericanos, debe instaurar un régimen democrático en Cuba, que implique la libertad de expresión, elecciones libres, propiedad privada de los medios de
comunicación, libertad de trabajo y libertad de entrar y salir de la isla cuando quieran los cubanos, sin que tengan que perder sus vidas, como la madre de Eliancito, cuyos restos yacen en el fondo del mar entre Cuba y Miami como un testimonio más de los frutos de una dictadura que ha
sido solapada por muchos intelectuales y gobernantes de América Latina.
lpazos@infolatina.com.mx
Abogado y economista mexicano. Diputado del PAN.
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