DESDE CUBA

PENOSA VIDA DE GLORIAS CUBANAS DEL DEPORTE

por Juan Carlos Céspedes, Agencia de Prensa Libre Oriental

SANTIAGO DE CUBA, 24 de enero (APLO).- Ciro Moracén Morales, campeón nacional por 10 años consecutivos en el boxeo profesional cubano, catalogado en sexto lugar en su división a nivel mundial antes de la revolución, después de 1959 comenzó a trabajar en la planta eléctrica de la ciudad de La Habana, por un mísero salario.

Ciro Moracén Morales, acostumbrado a la vida de un campeón mundial de boxeo profesional, al que había dedicado la mayor parte de su vida, nunca se preocupó por superarse culturalmente, porque nunca imaginó los grandes cambios políticos que se avecinaban.

Más tarde se trasladó a Santiago de Cuba, donde comenzó a trabajar como mozo de limpieza. Luego, gracias a unos amigos, consiguió trabajo como estibador en los muelles, donde logró un subsidio de 57 pesos cubanos, no por sus años de trabajo, ni tampoco por su trayectoria como boxeador, sino por Bienestar Social.

Pero, ¿para qué sirven 57 pesos? Solamente para comprar una soga y ahorcarse, como hiciera años después de sufrimiento y amargura, olvidado por todos los que en una época recibieron beneficios de su persona y otros que disfrutaran de sus excelentes peleas frente a los más disímiles contrincantes en el ring de boxeo.

El pasar por Trocha número 50, entre calle 12 y Cristina, en Santiago de Cuba, no nos dice nada, porque nunca se le ayudó a restaurar esta humilde casa, que fuera la cuna de una de las grandes glorias del boxeo profesional cubano.

Otra de las víctimas boxísticas de la revolución es Osvaldo Sansón Riverí, que comenzó en este deporte a los 8 años de edad y obtuvo sus primeros logros ya con la revolución. Obtuvo la presea dorada en tres ocasiones a nivel nacional, y fue tres veces campeón nacional del torneo internacional Cordo Bacardí.

Sansón Riverí celebró 24 combates internacionales, en todos los cuales salió invicto. Esta gloria del deporte cubano, en el año 1962 representó a Cuba en los Primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Kingston, Jamaica. Se convirtió en el primer deportista cubano después de 1959 en obtener medalla de oro en estos Juegos.

Por su excelente trayectoria como boxeador, y por su gran combatividad, se le ofreció en Jamaica un millón de dólares para que no regresara a Cuba. "Sin embargo, en aquella época", nos dice, "estaba embrujado por la política oculta de este país, en la cual confié en esos momentos, sin prevenir el futuro que me esperaba".

Al retirarlo como boxeador activo, le pagan solamente 90 pesos cubanos mensuales, equivalentes a unos 4 dólares según la tasa actual de cambio. Hace algunos años solicitaron su experiencia y destreza en este deporte que tanta gloria diera a Cuba, para que entrenara a nuevos pupilos, por lo que actualmente desempeña la labor de entrenador en el gimnasio Veguita de Galo, pero nada de nuevo salario o alguna remuneración.

Esto lo hace por amor a lo que ha dedicado toda su vida con gran empeño. Está demás preguntar qué puede hacer una persona que vive con 4 dólares mensuales, cuando una botella de aceita cuesta 2.20 dólares, y un kilogramo de picadillo de no se sabe qué, 1.95 dólares. Por lo que si un mes come una cosa, el otro no.

En ninguno de sus años como deportista activo se le ofreció una vivienda, como se hizo con otros deportistas que se acogieron al sistema comunista. A pesar de sus 52 años, sigue trabajando y dando todos sus conocimientos desinteresados, por lo que ha logrado calidad en sus alumnos, algunos de los cuales integran el equipo nacional.

Pero su situación económica, y por lo tanto de vida, empeora cada día más. ¿Cuál será el final de esta gloria del deporte cubano? ¿Qué tragedia, agonía o estrategia le prepara la encrucijada cubana?

Ojalá alguien lo ayude y se acuerde de su persona, para que no tenga que quitarse la vida como lo hiciera su gran amigo en vida, Ciro Moracén Morales.

Otros han caído en las garras de este sistema, en la máquina moledora de seres humanos con derechos a la vida. Pudiéramos mencionar a tantos que no caben en este artículo, pero haremos mención de:

Vicente Núñez, quien obtuviera medalla de plata en Kingston, Jamaica, actualmente carece de todo apoyo social por parte del gobierno cubano, por lo que sufre una grave situación económica.

Leonardo Alcolea. Fue campeón centroamericano en Kingston, Jamaica. Vive humillado y maltratado por la sociedad. No recibe apoyo social, por lo que ha estado preso en ocasiones, por constituir una persona, según la ley, de alta peligrosidad.

Luis Ernesto Deliz, natural de El Caney, Santiago de Cuba, campeón de boxeo en los Juegos Centroamericanos y Panamericanos. Actualmente se encuentra preso en la ciudad de La Habana por intento de salida ilegal del país. Presenta ceguera debido a la cantidad de golpes recibidos en el boxeo y por parte de los custodios de la prisión donde se encuentra.

Todo esto muestra una vez más la ausencia de derechos humanos para los cubanos, ya que se ha utilizado a estos deportistas y a otros muchos jóvenes para hacer política. Después de logrado su objetivo, cuando éstos ya no rinden lo suficiente para obtener premios y saciar las ínfulas de grandeza del tirano, son abandonados a la suerte, donde no viven sino agonizan, careciendo hasta de un mendrugo de pan.