LA HABANA, Cuba.- Las brigadas de reparación de tuberías de agua potable y albañales y de gas son las mayores responsables de la destrucción de calles y aceras a lo largo y ancho de toda la Isla. No hay calle de La Habana que no esté llena de baches, que así llamamos los cubanos, a los enormes huecos en que si un auto cae, no sale.
Durante 50 años la calle Bellavista, entre Vía Blanca Y Santa Lutgarda, en el municipio habanero del Cerro, ha padecido la rotura de las tuberías de agua potable y desagües albañales. A comienzos del presente mes de febrero una brigada de acueductos y alcantarillado perforó la mitad de la calle para cambiar una de las tuberías que, como viene sucediendo hace medio siglo, volvió a romperse.
Luego de concluir la reparación, y en el momento que estaban rellenando las perforaciones, Romelia Moreno Díaz –una vecina que observaba a los trabajadores–, se percató que por una de las uniones continuaba saliendo agua.
Moreno Díaz increpó al trabajador: “Chico, ¿tú no te das cuenta que todavía sigue saliendo agua por los bordes de la unión?”, a lo que el obrero respondió: “Chica, y ¿tú no te das cuenta que esto es socialismo y no capitalismo?”.
Según la vecina, el jefe de la brigada de reparación le explicó que “la tubería que pusimos es de un diámetro mayor que la que lleva, y por eso se dificulta mucho sellar las uniones. Un problema de falta de recursos. Trabajamos con lo que nos dan”. Sin embargo, la protesta de varios vecinos que se sumaron al reclamo impidió el mal trabajo.
Pero lo peor es el estado en que ha quedado la calle y la loma de tierra que aún permanece , impidiendo el tránsito de los vehículos y creando molestias a los vecinos del lugar, sin saber cuándo volverán a asfaltarla.
Otro tanto ocurre en la calle Balaguer, entre San Julio y Paz, también en el municipio Cerro, donde una brigada de acueductos y alcantarillados realizó una perforación en la calle, de aproximadamente 1 metro y medio de profundidad, para reparar un salidero.
Sin embargo, “el salidero continúa, el hueco sigue abierto y la brigada brilla por su ausencia. Hace semanas que estamos esperando que regresen”, nos dice Amparo, una vecina del lugar.
Por su parte, Antonio Garcés Medina, de 68 años –otro vecino de la zona–, aseguró que “lo peor es que después vienen, rellenan con tierra el hueco y el paso de los vehículos pesados se encarga de formar un profundo bache que, como siempre, tardarán años en arreglar. Por eso las calles de este país parecen una zona de bombardeos”.
La hermana de un funcionario del Gobierno Provincial comentó: “mi hermano nos visitó a principios de enero, y nos dijo que para este año habrá una seria crisis con el cemento y otros materiales de construcción, por causa del incremento de las obras encaminadas al turismo. Así que parece que tendremos que empezar a construir puentes de madera para cruzar por encima de los huecos que hay en las calles”.
Varios trabajadores que laboran en brigadas de Viales y Pavimentación, y que ofrecieron sus testimonios a cambio de discreción, aseguraron que “la única prioridad del gobierno es el mantenimiento de las principales vías de la capital, el resto seguirá siendo víctima del deterioro y la falta de interés, no sólo de los que dirigen, sino de los constructores, que cada vez tienen menos deseos de trabajar”.
Cómo puede un gobierno desarrollar el turismo en un país donde los escombros, los salideros, y la falta de higiene, han convertido las calles de su capital en un peligro. ¡Tengan cuidado los turistas que rentan autos en las calles de La Habana!