LA HABANA, Cuba. — “Hay personas enfermas que vienen de pueblos distantes. Llegan hasta de madrugada. Los atiendo a la hora que toquen a mi puerta”, afirma Esteban Arencibia.
Lo llaman el Niño Prodigio, aunque tiene 53 años.
“Tendría doce años, mataperreaba entre matorrales de mi natal Guanabo, en Habana del Este y encontré el macusey [Philodendron Schott] recomendada por una curandera a mi mamá con la que remedié una persistente erupción de piel que los médicos no podían curar. Desde entonces me interesé por esta planta maravillosa”.
¿Planta curalotodo?
“Empleo el macusey para combatir el reuma, nódulos en senos, displasia, bocio, quiste ovárico, inflamación pélvica, de próstata, cálculos renales, úlceras interiores o exteriores, várices, isquemia cerebral, trombosis, asma, sinusitis, parásito vaginal, cistitis, descontrol menstrual, fibroma, hemorroides”.
Esteban revela su proceder médico: “El anverso de la hoja es verde oscuro; el reverso, claro. Se pasa la hoja por el fuego por ambos lados, sin que se queme. Después de diez minutos se coloca próxima o sobre la parte enferma, sea próstata o testículo, nódulos en senos, displasia, bocio. Se pone la hoja de noche. También es anti-cancerígena. Se coge parte de la raíz, o pedacitos del tallo entre 5 a 6 centímetros, se hierve en cinco litros de agua por veinte minutos, se deja enfriar. Se bebe como agua común durante 45 días. Si la infección o enfermedad persiste será por tres meses, se para tres meses y se vuelve por tres meses”.
Esteban revela otras virtudes curativas del macusey: “La flor sirve contra manchas de la piel. Se tritura y ese jugo se aplica sobre las manchas. La hoja se lava bien, se hierve. Igual como cicatrizante de llagas y escaras. Se emplea también en baños de asiento, eficaces para combatir inflamaciones pélvicas, dolores musculares, tendinitis, reumatismo. Se hierve varias hojas en un cubo y la persona, desnuda, recibe baños de vapor”.
Otra manera de combatir tendinitis, reuma y dolores musculares -expone Arencibia- “es mediante fricciones. Se macera la raíz del macusey, se echa en un pomo de vidrio con alcohol donde reposará por 72 horas al lado de la cama, sin recibir sol ni sereno (frialdad y luna). Pasado ese tiempo se da fricciones todas las noches. Las fricciones son con los dedos, de abajo hacia arriba para que tenga efecto. La Furocemida –medicamento farmacéutico- se extrae de esta planta”.
El macusey, comúnmente bejuco lombriz y palo de hombre es una malanga trepadora, parecida a la vid, que alcanza gran altura sobre matorrales y árboles. También se emplea en jardines.
¿Qué explica la Ciencia Médica?
Un médico de Guanabo, responde:
“Ojalá esa u otra planta reuniera tantas virtudes terapéuticas. Así se creyó con los ya olvidados Noni, cuya infusión se vendió hasta a diez dólares el frasco en farmacias y la Moringa. La Medicina Verde está en boga, pero eso es diferente a tanto oscurantismo, magia, ignorancia en parte de la población que cae en prácticas sin demostración científica. No negamos que se dé algún caso de persona curada, por tratarse de afección psico-somática. Pero pierden tiempo sin un tratamiento médico, perjudicando su salud. Hace poco atendí al niño Maikol Valle Rivero, de cinco años. Su madre y su abuela lo atendían con una curandera por fiebre por empacho (indigestión estomacal). Hay quienes desconfían de los médicos. Al quinto día empeoró, lo trajeron al policlínico. Fue hospitalizado urgente. Tenía dengue. No me explico por qué actualmente aumentan las prácticas oscurantistas en vez de disminuir”.