LA HABANA, Cuba. — Cada empresa estatal en Cuba tiene que entregar una cantidad de donaciones de sangre al mes para cumplir la norma establecida por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP). Cada policlínico tiene que entregar cien donaciones al mes.
La presión que ejercen el MINSAP y los Comités de Defensa de la Revolución sobre los policlínicos hace que sus trabajadores salgan desesperados a las calles buscando donantes.
Sin hacerles análisis previos realizan las extracciones de sangre con una pobre instrumentación médica.
La donación voluntaria de sangre en Cuba, iniciada en 1962, ha crecido hasta alcanzar y superar la meta propuesta por la Organización Mundial de la Salud de una entrega de sangre por cada 20 habitantes. Según el periódico Granma las donaciones de sangre sobrepasaron lo planificado en los dos últimos años.
A esta noticia del diario Granma el donante Yasmany Machado de 27 años de la provincia Fomento, Sancti Spíritus, comentó en la página web del propio diario:
“… Desde el 2005 soy donante de sangre con más de 20 donaciones acumuladas para beneficio de los demás. Ahora me hago la siguiente pregunta: ¿Se estimula a los donantes de sangre por parte del MINSAP y los CDR? ¿Acaso se resuelve con un papel que otorga la circunscripción? ¿Por qué no se preocupa el MINSAP por la salud de los donantes? ”…
Y continúa el comentario de Yasmany: “¿Por qué a los que donan sangre no se les ayuda modestamente con alimentos? Decir que el banco de sangre está siendo muy poco suministrado (se refiere al pan con jamón y queso, y refresco que dan a los donantes). Es insuficiente la mayoría de las veces lo que se le da al donante … Cuando los CDR quieren tu ayuda y estás en tiempo, te visitan para que vayas a donar. Pero nadie es capaz, ni el director de salud ni el responsable coordinador de los CDR, de ver cómo uno está. Pues para donar y cumplir sí, pero para ver qué se le da en el banco al donante, no… ¿Por qué no se dan dos panes en la merienda del donante de sangre? Pues toda la proteína, la mayoría, la donas en ese momento… No entiendo, ni entenderé… Firma: Un donante de sangre, decepcionado totalmente con la política del país. No estoy satisfecho…”
La mayoría de los donantes, como casi todos los cubanos, son personas que no tienen qué desayunar en sus casas o desayunan muy mal. Tristemente donan su sangre sencillamente para comerse el pan con jamón y queso, y el refresco que dan después de cada donación.
Este fenómeno es entendible. En las bodegas este mismo pan cuesta 1,65 dólar, y la lata de refresco 0.50 dólar. Siendo el salario promedio del cubano alrededor de 20 dólares al mes, son pocos los que pueden darse el lujo de comprar un pan con jamón y queso en el desayuno.
El doctor Luis Enrique Pérez Ulloa, jefe del Programa Nacional de Sangre del MINSAP dijo que el programa cubano de sangre es multisectorial y que en Cuba donan sangre sistemáticamente unas 340 000 personas.
Pero una enfermera del policlínico-hospital de Boyeros “Leonor Pérez”, que prefirió el anonimato, comenta:
“Tenemos que hacer maravillas para llegar a la norma establecida. Salimos para las calles buscando donantes. Nos sirve cualquier persona con tal de contar uno más. A los trabajadores del policlínico les decimos que tienen que donar obligatoriamente. Si lo hacen les damos el día libre como premio. Siempre buscando las formas para que se conviertan en donantes o al menos donen una vez. Muchos son vagabundos, desahuciados de la calle que fácilmente dan su sangre sin mucha insistencia por la merienda que les damos después, cuando hay, porque muchas veces está en falta.
Hay otros que vienen porque les pagaron –concluye la enfermera– o porque los sobornaron en algún centro de trabajo”.
No solo los policlínicos tienen que cumplir una norma mensual de donaciones. Cada empresa estatal también debe entregar una cantidad de donaciones al mes a su policlínico local. Para cumplir la norma impuesta, los administradores buscan a personas fuera de su trabajo. Los sobornan con bienes salidos del mismo trabajo: comida, dinero y hasta bebida. Estos donantes comprados se presentan en el policlínico haciéndose pasar por trabajadores de la entidad estatal que les sobornó.
Enrique Gonzalez, un donante del mismo policlínico-hospital, comentó: “Soy donante hace muchos años y estoy aquí porque me mandaron de mi centro de trabajo. Los médicos me han dicho que tengo que seguir haciéndolo porque si no me sube la hemoglobina. Me dan el día libre cada vez que lo hago, en el trabajo me dan dos libras de pollo por donación, y además me como la merienda que me dan después de donar”.
Un médico del policlínico-hospital, que pidió no revelar su nombre, dijo:
“No nos preocupa mucho quiénes son los donantes, de dónde salen o los motivos por los cuales donan, lo importante es que done la mayor cantidad de personas para poder cumplir la norma establecida. No siempre se cumple, pero hacemos todo lo posible”.
Hay un mercado negro de la sangre. Para un legrado u operación de cualquier tipo no usan la sangre del banco, por el contrario, exigen a la familia del paciente traer una donación de sangre. Las donaciones están costando sobre los 20 dólares. Y siempre aparecen donantes por ese dinero.
Las donaciones voluntarias y de buena fe son bien recibidas, pero en Cuba la mayoría de las personas donan su sangre por dinero, o por un pan con jamón en el desayuno.