LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -Al abordar el tema de la intervención de la masonería en el proceso insurreccional en contra del dictador Fulgencio Batista, Roger Fernández Callejas cita una entrevista a Roberto Luis Ferrer Rodríguez, quien años más tarde sería Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, en la cual éste relata importantes hechos ocurridos en la etapa.
Uno de tales acontecimientos sobreviene a partir del arresto, el dia 4 de abril de 1956, del Coronel Ramón Barquín López, y de otros participantes en la conspiración de los “Los Militares Puros”, quienes estaban conspirando para restablecer el Estado de Derecho en el país.
Poco tiempo después, se organiza el “Movimiento 4 de Abril”, con el fin de constituir un frente cívico-militar para luchar contra el régimen de Batista.
Ferrer Rodríguez expresa: “entré a formar parte de él y, por mi conducto, ingresaron también dirigentes de la masonería; uno de ellos fue el Gran Maestro Dr. Carlos M. Piñeiro y del Cueto, cuyo modo de pensar conocía perfectamente por mis vinculaciones con él”.
Según Ferrer: “En muchas oportunidades utilizamos locales del Gran Templo para reuniones, en las cuales coordinábamos las actividades insurrecciónales, a fin de que no fueran acciones aisladas, de los movimientos “26 de Julio”, de la O. A. y del nuestro, “4 de Abril’.
Los integrantes del “Movimiento 4 de Abril” participaron en la preparación de un plan para ocupar las fortalezas militares de Columbia y La Cabaña. Esta acción estuvo coordinada con la alta dirigencia del Movimiento ‘26 de Julio”.
En su escrito, Fernández Callejas recuerda que treinta hombres armados estuvieron acuartelados por espacio de 12 horas en la Oficina del Intendente, en espera de ser avisados para participar en el ataque al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957.
Asegura Ferrer que esos mismos hombres también estuvieron acuartelados por 26 horas durante la sublevación de Cienfuegos. En ambas oportunidades nunca llegó la señal convenida para su entrada en acción.
A fines del año 1958, el “Movimiento 4 de Abril” planificó organizar un frente guerrillero en la Sierra Morena, próxima a Corralillo, al centro de la Isla. Ferrer puntualiza que: “el apoyo de la Masonería para adquirir los medios bélicos fue grande, pues el Gran Maestro Piñeiro contribuyó con todo su esfuerzo, aprovechando sus relaciones masónicas y profanas, con lo que se obtuvo lo necesario para la expedición proyectada”.
Este proyecto no llegó a efectuarse porque “en la madrugada en que iba a salir la expedición, se supo la noticia de la huida de Batista. Entonces se suspendió oportunamente y los miembros del “4 de Abril”, nos dedicamos a cumplir misiones revolucionarias acordes con el momento.”
Otros altos funcionarios de la Gran Logia que tuvieron una participación destacada en estos hechos fueron el Gran Secretario, Dr. José F. Castellanos, y el Gran Orador, Jorge Luis Cuervo Calvo.
Curiosamente, meses después de publicado los artículos que dan cuenta de estos hechos, Carlos Piñeiro del Cueto fue acusado de “batistiano”, viéndose obligado a exiliarse en Puerto Rico. En tanto, los restantes buscaban exilio en la Florida. Y así la masonería comenzó a ser acosada y obligada a enclaustrarse en sus templos.
Primera parte de este artículo: https://www.cubanet.org/articulos/una-historia-oculta-la-negociacion-primera-parte/