LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – El Teatro Martí de La Habana se está reparando totalmente, después de muchos años de abandono, como muchos otros edificios importantes del país.
Inaugurado el 6 de junio de 1884, tuvo por nombre inicial el apellido de su propietario, Irioja, hasta 1900 en que se rebautiza como Teatro Martí. Fue sede de la Asamblea que elaboró la Constitución de 1940, una de las más avanzadas de su época por incorporar derechos sociales y laborales.
Escenario por excelencia del teatro bufo cubano, con sus personajes típicos del negrito, la mulata y el gallego, que recreaban la vida de los hombres del pueblo en la cotidianidad de sus vidas, sobre todo los más pobres, a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Artistas del calibre de Candita Quintana como la mulata, Carlos Pous como el negrito y otros grandes de las tablas llenaron su escenario durante muchas temporadas del olvidado vernáculo cubano.
Zarzuelas como Cecilia Valdés y Rosa la China pasaron por el Martí, durante la república y los primeros años del castrismo.
El reconocimiento, a pasos muy cortos, a lo que durante medio siglo de oscurantismo se ha negado, o abandonado, de lo mejor de lo cubano, incluye la recuperación de este símbolo de nuestra cultura.
Si abrirnos al mundo es importante; la ratificación y recuperación de lo auténticamente cubano es vital. ¡Bienvenida la restauración de este símbolo de la cultura nacional!